martes, 6 de septiembre de 2011

UNA CAPSULA DE AMOR:

Hola, mi amigo(a) y hermano en la fe: Tengo un desafío para ti el día de hoy: ¡Alégrate! ¡Regocíjate, no importa tu condición presente! Alégrate a pesar de tus problemas personales. Sí, ya sé que esto suena muy raro y parece imposible de hacer. Estamos acostumbrados a perseguir el éxito, las riquezas y la abundancia. Pensamos que cuando todo nos va bien estamos en el camino correcto. Creemos que cuando somos prosperados y nos "sentimos" bien, estamos "en el centro" de la voluntad de Dios. Por eso muchos de nosotros caemos cuando sobreviene el día oscuro, porque no estamos preparados para vivirlo. Mira lo que escribió Pablo: (Rom. 5:3-4) Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;”

Pablo veía el sufrimiento como algo de lo cual aprender, para así alcanzar la meta suprema: la salvación de su alma. En las tormentas de tu vida, puedes elegir dejarte llevar, o aprender a navegar con vientos contrarios que amenazan con hundirte. Siempre que enfrentes problemas y dificultades, pregúntate qué puedes aprender de ellos. Tu sufrimiento tiene un propósito de Dios: aprender a soportarlo, ya que si lo haces, saldrás aprobado por Dios. Pablo sabía mucho lo que era sufrir por causa de Cristo, y declaró: (2ª Cor. 12: 8-10) 8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. 9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Los problemas y el sufrimiento son inevitables, pero nunca insoportables: (1ª Cor. 10:13) No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” Amigo(a), hermano: recuerda lo que dijo Jesús: (Jn. 16:33) Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” Así que en vez de enfocarte en tu sufrimiento, pon tus ojos en Jesús, el autor y consumador de tu fe, y haz esta oración que hizo el salmista, en voz alta: (Sal. 138:8) Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos”

¡Dios cumplirá Su propósito en Ti, porque Su amor es para siempre! Así que, amigo(a), hermano: (1ª P. 4:12-13) 12 Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, 13 sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. Y (Sal. 94:14) Porque no abandonará Jehová a su pueblo, Ni desamparará su heredad,