LA HISTORIA DE SHAY
En el transcurso
de una cena de una obra de caridad, el padre de un niño minusválido pronunció
un discurso inolvidable, el discurso es este: Decimos que Dios hace todo con
perfección. ¿Dónde está la perfección en Shay, mi hijo? Mi hijo no puede
comprender las cosas como otros niños. Mi hijo no puede recordar como otros
niños. ¿Dónde está pues la perfección de Dios?
Ah, ya sé, creo
que creando a un niño retrasado como mi hijo, la perfección que busca Dios es: ¿Cómo
reaccionamos con este niño? He aquí una pequeña anécdota para ilustrar mis
declaraciones: Un día estábamos viendo a un grupo de jóvenes jugando beisbol.
En eso Shay me dijo: ¿Piensas que me dejarían jugar? Sabía que Shay no era la
clase de compañero de equipo que los chicos buscan normalmente, pero esperaba a
pesar de todo que se le permitiera jugar. Pedí pues a uno de los jugadores de
campo si podían dejar que Shay participara.
El jugador reflexiona algunos instantes y dice: “Perdemos por seis carreras y
estamos en la octava entrada, creo que puede formar parte del equipo y tener la
oportunidad de batear en la novena entrada” Shay lanzó un suspiro enorme. Le
dijimos a Shay que se pusiera su guante y que tomara posición. Al final de la
octava, el equipo de Shay anotó pero todavía había una diferencia de tres
carreras. ¡Hacia el final de la novena entrada, el equipo de Shay anota otra
carrera! El equipo tiene ahora dos carreras de diferencia y todavía una posibilidad
de llevarse el partido. Cosa asombrosa, le dan el bate. Todos saben que es casi
imposible ganar porque Shay no sabe ni cómo coger el bate, ni cómo golpear una
pelota.
Cuando Shay se
colocó sobre la zona de recepción, el lanzador se acerca algunos pasos y lanza
la pelota bastante despacio para que Shay pueda por lo menos tocarla con el
bate. Shay batea torpemente el primer lanzamiento, sin éxito. Uno de sus
compañeros de equipo viene en su ayuda y los dos agarran el bate, esperando el
próximo lanzamiento. El lanzador se acerca un poco más y muy despacio le echa la
pelota a Shay. Con su compañero de equipo, Shay golpea la pelota que rueda
hacia el lanzador que la recoge. Habría podido fácilmente lanzarla a la primera
base, eliminar de cualquier manera a Shay y haber acabado el juego. Pero en vez
de eso, el pitcher lanza la pelota muy alta en el campo, lejos de la primera
base. Todos ellos se echan a gritar: ¡Corre a la primera base, Shay! ¡Corre a
la primera base! Jamás habría tenido la oportunidad de correr a la primera
base. Shay galopa a lo largo de la línea de fondo, totalmente asombrado. Cuando
logra la primera base, el receptor de la derecha tiene entre manos la pelota;
podría fácilmente lanzarla a la segunda base, lo que eliminaría a Shay que no
deja de correr. Pero lanza la pelota arriba hacia la tercera base y todos
gritan: ¡Corre a la segunda! ¡Corre a la segunda! Los corredores delante de
Shay se acercan a la segunda base, el adversario se dirige hacia la tercera
base y exclama: ¡Corre a la tercera! Cuando Shay pasa por la tercera, los
jóvenes de ambos equipos le siguen exclamando: ¡Haz todo el circuito, Shay! Shay
completa el circuito, alcanza la zona de recepción y los jugadores le levantan
sobre sus hombros. ¡Shay es un héroe! Acaba de hacer una gran carrera y de
ganar el partido para el equipo. Todo ese día estuvo su padre con lágrimas en
los ojos. Estos 18 chicos alcanzaron su propio nivel de la perfección de Dios.
La paradoja de
hoy es que: Tenemos la paciencia de construir grandes edificios pero no la
paciencia suficiente para controlar su cólera. Tenemos caminos anchos, pero
puntos de vista estrechos. Gastamos más, pero poseemos menos. Habitamos casas más grandes, pero las familias son más
pequeñas. Gozamos de más comodidades, pero no tenemos tiempo libre. Acumulamos
más diplomas, pero damos prueba de menos lógica, menos discernimiento. Multiplicamos
los activos, pero disminuimos sus valores. La ciencia permite vivir más tiempo,
pero priorizamos la cantidad sobre la calidad, y para muchos de nosotros, la vida
resulta triste y monótona. Hicimos el viaje ida y vuelta hacia la luna, pero tenemos la
dificultad en atravesar la calle para presentarse a su vecino. ¿Cómo
reaccionamos con los que tienen minusvalidez? ¿Copiaremos a esos jóvenes?
Espero que así sea y que Dios nos de de su Espíritu, para amar a nuestro
prójimo.
CAMINOS
MISTERIOSOS
Mike Larkin,
Oficial de tránsito en el Estado de California patrullaba en su motocicleta,
cuando de pronto un camión de carga salió en una esquina a alta velocidad. El
Oficial Larkin pensó inmediato, esto es una buena boleta, encendió su sirena y
sus luces y comenzó la persecución del día. El conductor del camión aceleró con
mayor fuerza y el Policía Larkin aumentó a su vez la velocidad de la
motocicleta. Tras varios minutos de persecución Mike se comunicó por radio con
la Estación Central pidiendo ayuda, pero el silencio fue su respuesta, luego de
llamar varias veces, escuchó una voz desde la central que le dijo: !Cállate!
Nuevamente comenzó a llamar, nadie respondió y un poco más tarde nuevamente la
voz le dijo. ¡Que te calles!
Sin entenderlo,
siguió su persecución y ahora la voz en la radio desde la Central decía. ¡Atención!
Si hay un oficial de policía cerca de Calle Park 1254, en esa casa hay una
emergencia, un niño está sin poder respirar, favor ir de inmediato allí. Para
sorpresa de Mike, justo estaba ahora frente a la casa 1254. Se detuvo y en ese
momento el padre del niño con rostro de angustia salía apresuradamente con el
niño en sus brazos, sus labios morados. El Oficial Mike, tomó el niño y le dio
respiración artificial. El niño volvió en sí y pudo recuperar su respiración,
dos minutos más tarde llegaron los paramédicos, hicieron a un lado a Mike,
tomaron el niño y con su padre lo llevaron en la ambulancia y allí quedo el
oficial Mike, solo.
Pensativo, se
dijo a sí mismo. ! No es justo, llego, auxilio este niño, nadie dijo gracias y
los paramédicos ni me determinaron y el Camión que yo perseguía se fue! Mientras
un sentimiento de injusticia lo abrazada. Escuchó a Dios hablar a su corazón diciéndole:
¿Por qué te preocupas? Tú estabas en el lugar correcto y a la hora correcta,
para ayudar a la persona correcta. No te olvides que yo opero por caminos
misteriosos. Yo usé ese camión para que llegaras a este punto correcto, yo
impedí que te comunicaras con la Central, para que llegaras en el tiempo
correcto. Hiciste lo que yo quería que hicieras y eso te debe hacer feliz. Mike,
encendió su moto y con una sonrisa en sus labios reanudó su patrullaje lleno de
satisfacción. Años más tarde ese Oficial de Policía llegó a ser el Director
Mundial de Misiones Internacionales.
No te olvides
que aún hoy, Dios puede llevarte por caminos misteriosos, que no logras
entender ni comprender para que estés en el sitio correcto y a la hora correcta
para tender tu mano a la persona correcta. En (Ex. 33:13) leemos: “Ahora
pues, si he hallado gracia ante tus ojos, te ruego que me hagas conocer tus
caminos para que yo te conozca y halle gracia ante tus ojos. Considera también
que esta nación es tu pueblo” (Deut.
10:12) “Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti? sino que
temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas
a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma” (Sal.
25:4) Muéstrame, oh
Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas.
Roguemos a Dios para que podamos ser como estos
personajes bíblicos y nos dé de su Espíritu para poder pedir como conviene, a
saber: Que nos dé de su gracia, para poder temerle, amarle y nos pueda mostrar
sus caminos. (Is. 55:8) Porque mis pensamientos
no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Amén.