viernes, 21 de septiembre de 2012

NACER DE NUEVO:


DEJE QUE EL NUEVO HOMBRE SE MANIFIESTE
(Rom. 12:1) “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” Cuando usted recibió a Jesucristo como su Señor y Salvador, usted pasó a ser lo que la Biblia llama una “criatura nueva”. Por dentro usted no es la misma persona que antes era. La naturaleza de Dios ha nacido en usted. Pero no es suficiente con que tenga esa nueva naturaleza en su interior, es necesario que la deje tomar control del exterior. No espere a que eso suceda automáticamente. Deberá tomar la decisión de someter su cuerpo a la obediencia del hombre nuevo en su interior y proponerse a hacer lo que (Rom. 6:12) dice: “No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias”. Yo sé que eso es duro, pero recuerde, usted no está solo en esto. Usted tiene a Alguien que le ayudará a estar firme en esa decisión, su nombre es el Espíritu Santo. El está en usted para fortalecerle y darle el poder para sacar el pecado de su vida y ponerlo bajo sus pies. Tome esa decisión firme en cuanto a su cuerpo hoy mismo para que el hombre nuevo que está dentro de usted empiece a manifestarse. Vea lo que nos dice (Rom. 6:12-23): 12No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. 15¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. 16¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? 17Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. 19Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. 20Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. 21¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. 22Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. 23Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

GRACIAS POR TU PERDÓN SEÑOR:


HEREDEROS DEL AMOR DE DIOS
 
En la escuela un niño, estaba aprendiendo a leer. La profesora le pregunta: ¿Tavito puedes decirme las vocales?   Y el niño dice: las vocales son cinco, profesora,  y se pronuncian así: A de Amor. E de Elefante. I de iglesia. O de oso. U de uva. Muy bien, ahora que ya sabes las vocales, ¿me puedes decir el abecedario completo? De acuerdo profesora dice Tavito, preocupado y con el temor de no poder responder. A pesar de sus dudas, entusiasmado comienza el desafío de enunciar todas las letras del alfabeto. El abecedario comienza con la A de amor,  después viene…  pasan diez segundos sin que Tavito pueda nombrar la segunda letra del abecedario, La profesora interviene diciendo,  ¿que sigue después de la A de amor?  Tavito piensa repiensa y vuelve a pensar en voz alta,  viene… viene… luego su cara de temor se transforma en una cara de alegría y sonriendo dice: Después de la A de amor vienen todas las demás letras,  seguro que primero está la A de amor y después vienen todas las demás… Esta respuesta inocente del niño, nos deja una gran enseñanza, en el “abecedario espiritual”, primero está la A, es decir que primero está el Amor, después viene lo demás. Primero está el Amor, lo demás viene por añadidura: (1ª Jn. 4:10) En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Así es; primero está el amor, después viene lo demás.  Lo primero es dejar que el Amor de Dios penetre nuestra mente y nuestro corazón, lo primero es permitir que estos  rayos de amor expresados en la cruz lleguen a nuestra vida. Primero está el amor, esta noticia  hace un poco más de 2000 años era importante, tan importante que debía ser enviada con urgencia por medio de cartas, tal es el caso de la Carta a los romanos que describe así el amor de Dios: (Rom. 5:8) Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. No fueron los clavos que  detuvieron a  Cristo aferrado a la Cruz,  fue el amor por nosotros, Fue el amor por los pecadores que sostuvo  a Cristo en la cruz.
Se cuenta de que una carta escrita por el poeta John Keats  a Fanny Brawne, su gran amor en 1820. Se vendió en 138,000 dólares en una subasta (2011). En esta carta el poeta se describe como “un pobre prisionero” que no puede “cantar en una jaula” y es que la tuberculosis le impedía besar a la joven Fanny su enamorada. Se imagina, la enfermedad del poeta le impedía acercarse a su amada, no le parece que esto mismo sucede en la vida espiritual,  la tuberculosis del pecado nos impedía ver a Dios,  nos alejaba de Dios.  Por eso dice la escritura: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su único hijo…” (Jn. 3:16)  Dios envía a Cristo para eliminar y destruir la enfermedad del pecado, para que nosotros tengamos la oportunidad de conocerlo y acercarnos a Él. Dios nos ama con amor eterno: (Jer. 31:3) Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Yo te he amado con amor eterno. Por eso te sigo tratando con bondad. La carta de amor escrita por Cristo, con sangre  en la cruz, ¿cuánto de valor tendrá?, esta es de incalculable valor, pero estimo que mas importante  que el valor de la carta, es que llegue a nuestras manos. No importa la edad que tengas, no importa el tiempo que ha pasado y todavía no hayas recibido la carta de amor Divina.  Lo que cuenta es que “Hoy es el día” en que recibes la carta,  este es el día en que tu puedes recibir “la herencia del amor”  Amor que trasciende todos los limites,  el amor palabra de tan solo cuatro letras, pero que tiene las dimensiones  infinitas de la gracia y misericordia de Dios, El amor  es lo más importante, nunca olvidemos que primero está el Amor, y después viene lo demás…
Oración: Señor después de conocer la carta de amor, carta escrita con sangre, solo tengo palabras de gratitud, emocionado te digo ¡Gracias Señor! Por haber escrito esta carta con tu sangre en la cruz,  Gracias Señor porque tu sangre me demuestra que tú me amas a pesar de mis pecados,  Señor hoy recibo mi carta de amor,  hoy recibo mi herencia del amor,  y comienzo a vivir una vida nueva, después de recibir la herencia del amor,  creo que lo demás vendrá por añadidura. Amen


jueves, 20 de septiembre de 2012

LA ORACIÓN EFICAZ DEL JUSTO PUEDE MUCHO:


ARMADURA ESPIRITUAL PARA UNA GUERRA ESPIRITUAL
(Ef. 6:12) “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Lamentablemente la mayoría de nosotros no tiene la menor idea de cómo hacer frente a la lucha que se menciona en este pasaje, porque como dice ahí, no es una lucha de carne y sangre, sino espiritual. La mayoría de los creyentes están tan inclinados a lo terrenal (o tienen una mente carnal) que nunca se dan cuenta de la fuente real de los ataques del enemigo. Culpan a las circunstancias y a la gente y derrochan su energía combatiendo las condiciones naturales en lugar de las causas sobrenaturales. Es hora de que despertemos a la realidad de la guerra que se está librando en el ámbito celestial. Leamos (Dan. 10.12-20) 12Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. 13Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia. 14He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos días. 15Mientras me decía estas palabras, estaba yo con los ojos puestos en tierra, y enmudecido. 16Pero he aquí, uno con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: Señor mío, con la visión me han sobrevenido dolores, y no me queda fuerza. 17¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con mi señor? Porque al instante me faltó la fuerza, y no me quedó aliento. 18Y aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció, 19y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido. 20El me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá. En este pasaje, se nos da una idea de ese conflicto. Vemos que Daniel había estado ayunando y orando por 21 días, (vv.2-3) esperando alguna palabra del Señor. Entonces, veintiún días después, un ángel se le apareció con la respuesta.
¿Por qué se tardó tanto tiempo? Porque estaba luchando contra el enemigo en las regiones celestes. A algunas personas esto las confunde. Dicen: ¿Demonios peleando en el cielo? Yo creía que Dios reinaba en el cielo. Lo que no entienden es que la Biblia enseña que hay tres cielos: 1º El cielo donde mora Dios. 2º El cielo estelar: el espacio exterior. Y 3º El cielo que rodea la tierra: la atmósfera alrededor de este planeta. El último cielo es donde la guerra espiritual se lleva a cabo. Por eso en (Ef. 2:2) en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia. A Satanás se le llama el príncipe de la potestad del aire. El aire es donde los espíritus malos operan. De allí tratan de gobernar las naciones que les han sido asignadas; y lo harán, a menos que las oraciones del pueblo de Dios no les permitan hacerlo. Dios tiene un ejército en marcha en esta tierra. Si nos unimos, podremos impedir que las huestes de maldad en los lugares celestes gobiernen nuestra nación. Ha llegado la hora de que oremos. Por lo tanto, póngase toda la armadura y tome su lugar en las filas de los fieles para interceder por nuestro país y por las naciones del mundo.

sábado, 15 de septiembre de 2012

DAME DE TU GRACIA, SEÑOR:

PALABRAS CON GRACIA

(Sal. 19:14) Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío. Mark Twain en broma dijo: “Tardas dos años en aprender a hablar, y el resto de tu vida en controlar tu lengua.” El salmista no bromeaba, él oraba de esta manera: ¡Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Seño! Uno de los pecados más tolerados por la iglesia, y a veces hasta justificados, es el pecado de la murmuración. Jesús condena las palabras imprudentes, diciendo que provienen de un corazón corrompido. Muchas veces hablamos sin considerar el efecto que nuestras palabras tienen en los demás. Si crees que Dios le hace de la vista gorda a todo, ¡piénsalo dos veces! Jesús dijo: “En el día del juicio, los hombres tendrán que rendir cuentas de cualquier palabra inútil que hayan pronunciado” (Mat. 12:36) Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.
Tus palabras edifican o destruyen, inspiran o desaniman, sanan o hieren; elige bien, pues, lo que dices. Las palabras ociosas son a menudo esos comentarios sin sentido en los que nos enredamos cuando no tenemos nada mejor con lo que contribuir a la conversación. Y cuanto más los digas, más fácil será que se conviertan en murmuración y lastimen a alguien. Escribe Salomón: (Prov. 17:28) Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; El que cierra sus labios es entendido. ¿Se puede confiar en alguien que hace comentarios frívolos de todo? ¿Verdad que no? ¡Entonces párate y considera bien lo que sale de tu boca! Serías más respetado y provocarías menos confusión si no hablaras tanto. O tal vez tengas que elegir mejor los temas de los que hablas, o pensártelo dos veces antes de “hablar a tontas y a locas”. La Biblia dice en (Col. 4:6) Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.

CONSIDERA MI GEMIR:


INVOCANDO A DIOS DESDE LA ANGUSTIA
(Jon. 2:1-2) Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, 2y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste. Al leer la historia de Jonás, vemos que había escuchado a Dios, había huido de Dios en un barco, allí había dormido, y aún había hablado con los marineros, pero sólo en ese momento vemos que ora “Entonces oró Jonás”. Por supuesto no oraba, porque estaba huyendo de Dios. A veces el creyente no ora, porque está huyendo de Dios, pues sabe que el Señor le recordará cuál es Su voluntad. Podemos orar en la cocina, en la calle, en el vehículo, aún en el baño, pero nadie planearía hacerlo en el vientre de un gran pez. Por un momento, tratemos de imaginarlo… Pero éste fue el escenario que Jonás escogió al desobedecer a Dios, el profeta del Señor había emprendido su propio camino a Tarsis, y esto no tomó por sorpresa a Dios pues “Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás”. Muchas veces nosotros, habiendo tenido la oportunidad de orar en un hermoso y cómodo escenario, terminamos orando desde la crisis o el dolor. Cuantas gracias debemos dar a Dios que nos da la vida para invocar Su nombre, nuestro corazón se goza cuando en medio de la alabanza en el templo invocamos Su nombre. Pero, en éste caso, Jonás invoca a Dios en medio de la angustia: “Invoqué en mi angustia a Jehová”, el término angustia aquí, viene del hebreo: tsarah que se traduce como: aflicción, aprieto, tribulación; y ésta condición llevó a Jonás a orar. La verdad es que buen número de veces, sólo nos volvemos a la oración cuando la angustia, crisis o dificultad llega a casa.
Pero qué hermosa es la frase: “y él me oyó”, ésa es la esperanza que debe alimentar nuestra fe, saber que en el templo, en la calle o en la cocina, yendo o huyendo, podemos levantar nuestra oración sincera, sencilla, desde un corazón que levanta sus ojos al cielo y que se vuelve a Dios, y será oído por el Señor. No es por nuestros méritos, es por Su gran misericordia y gracia hacia sus hijos. La respuesta de Dios no es en vano, su misericordia se manifiesta en orden a Su propósito: enseñar a Jonás y salvar a los ninivitas. Recuerde: Como hijos de Dios, tenemos el privilegio de hablar con nuestro Padre celestial, y él también quiere no sólo hablarnos, sino que le obedezcamos. Algunas veces debemos invocar a Dios desde la angustia, como consecuencia de nuestras malas decisiones, pero si lo hacemos con un corazón que se vuelve a Él, Dios nos oye y responde, organizando todo de acuerdo a su voluntad y bondad.

SEÑOR, DAME MÁS DE TI:


AVIVANDO EL FUEGO QUE HAY EN NOSOTROS
(Stgo. 4:8) Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. ¿Se acuerda de cuando empezaba a leer la Palabra de Dios y la emoción que sentía por las cosas de Dios? ¿Se acuerda de cuando esperaba ansiosamente poder leer un capítulo más de la Biblia o escuchar la enseñanza más reciente? Sólo había una palabra que podía describirle: ¡apasionado! Su espíritu renacido tenía una gran pasión por las cosas por Dios. Cuando mi esposa y yo oímos el mensaje de fe por primera vez, éramos así. Teníamos tanta pasión por las cosas de Dios que nada del mundo nos interesaba. Habíamos oído que podíamos confiar en la Palabra de Dios como confiar en la palabra de un buen amigo. Teníamos hambre espiritual y queríamos saber todo lo que Dios había prometido en su Palabra. Fui a la ciudad de México y pedí libros para estudiar para pastor y los devoraba. Pero lentamente eso fue cambiando. Al comienzo ni siquiera me di cuenta de lo que estaba pasando. Entonces el Espíritu Santo empezó a mostrarme que me había entibiado. Yo había dejado que el fuego se extinguiera. Aún leía la Palabra, pero había perdido la pasión por ella. Quizá usted esté pasando por esa misma experiencia. Si es así, quiero decirle cómo avivar el fuego.
La Palabra de Dios dice que se acerque a Él, y Él se acercará a usted. Para hacerlo, deberá eliminar las cosas que le mantienen alejado de la lectura de la Palabra. Deléitese en la Palabra de Dios. Sea diligente en ella. Si pone su interés en las cosas de Dios, la pasión por Él aumentará rápidamente. Cuanta más atención le dé a algo, más aumentará su deseo por eso. Esto es un principio universal. Si usted practica algún deporte, habrá veces en que pasará algún tiempo sin practicarlo. Pero un día usted se toma el tiempo para ir a practicar ese deporte, y al otro día querrá volver a hacerlo, y cuanto más lo practique, más fuerte se hará el deseo por seguir practicándolo. Eso mismo sucede en el campo espiritual. La pasión de su alma estará en las cosas a las que usted dedique más tiempo. Empiece a edificarse a sí mismo orando en el Espíritu. Crea todo lo que Dios le dice en su Palabra y póngalo en práctica. En poco tiempo esa llamita que ha estado titilando en su espíritu volverá a hacerse un fuego grande.
Vea lo que nos dice (Ap. 3:14-22) 14Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: 15Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !Ojalá fueses frío o caliente! 16Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. 17Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. 18Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. 19Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. 20He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. 21Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. 22El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. ¡Órale! Hermoso mensaje, ¿no cree?

jueves, 13 de septiembre de 2012

PUEDES DEJAR DE SER:

SOMOS CULPABLES...
Las abejas productoras de miel hacen una labor maravillosa. Viven en comunidades que llamamos colmenas, tienen una reina y producen ese delicioso manjar: la miel. La humanidad depende de la miel para consumo, hacer productos  para la piel, el cabello, medicinales, etc. Una película infantil recuerda nuestra infancia. Hay una que trata sobre una huelga de las abejas que nunca paraban de producir miel, hubo alguien que las comandó y “ganaron”. Pararon la producción y les fue devuelta toda la miel que habían producido, llenando grandes contenedores, dedicándose luego a descansar. Mientras tanto las plantas, sobre todo las flores comenzaron a marchitarse por falta de la polinización que en parte es desarrollada por estos animalitos cuando andan de flor en flor. Cuando alguien le mostró al promotor de la huelga lo que estaba sucediendo se arrepintió y decidieron ayudar a restaurar lo que se estaba perdiendo.
En la palabra de Dios, se habla de los cristianos o seguidores de Jesucristo, como la sal de la tierra y la luz del mundo; diciendo que si la sal se arruina y la luz se esconde,  para nada sirve. Las abejas no paran de producir, el cristiano de igual manera debe hacerlo. Pablo decía: (2ª Tim. 4:6-8) 6Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. 7He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 8Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. Como fiel obrero nunca desistió de su entrega por quien le había llamado.  Nuestra tarea es “estimular, rogar, insistir para que otros quieran ser como Jesucristo y si es necesario en el trayecto morir, debemos estar dispuestos” Pablo decía ser un “embajador en cadenas” (Efe. 6:20) por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar. Pero al fin y al cabo embajador, representante de Dios en la tierra. La abeja está dispuesta a dar su vida (picando) en defensa de su colmena. ¿Qué daríamos tú y yo por la humanidad perdida si amáremos a Jesucristo y a las personas por quienes Él murió? En la película la humanidad se estaba perdiendo por falta de obreros… ¿Hacia dónde sabes que va el alma del que muere sin Jesucristo? ¡Ten ánimo y atrévete por el Espíritu Santo a  tomar nuevas decisiones al respecto! Al fin y al cabo, si eres cristiano has muerto al mundo y a sus vanidades y te es más conveniente convertirte en obrero del Señor. ¿Puede algo ser más importante?

LA UNIÓN HACE LA FUERZA:


LA UNIDAD DE LA FE
(Ef. 4:11-13) Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe” Lo que este pasaje significa simplemente es esto: Si alguna vez vamos a llegar a ser verdaderamente poderosos en el reino de Dios, si alguna vez vamos a ser una gran amenaza para el diablo, vamos a tener que crecer juntos. No será suficiente que sólo algunos de nosotros crezcamos y digamos que los demás están mal. Las cosas no son así. Somos parte los unos de los otros. La Biblia dice que somos un cuerpo: el Cuerpo de Cristo. Déjeme darle un ejemplo. Si usted hace algo que a muchos consiervos les afecte ya que no está actuando conforme a la Palabra de Dios, ¡cuidado!  No somos islas en este mundo. Yo no puedo hacer nada sin que le afecte a usted; y usted no puede hacer nada sin que me afecte a mí. Estamos unidos por Dios pero nos sostenemos los unos a los otros (Ef. 4:16) de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. Sólo podemos crecer juntos. Aprenda a andar en amor. No sea presa de la división ni del aislamiento. Aliméntese de la Palabra diariamente y alimente a sus hermanos y hermanas para animarlos también, para poder crecer hasta llegar a ser “un varón perfecto [o maduro], a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.

martes, 11 de septiembre de 2012

GRACIAS POR SER TU CREACIÓN SEÑOR:

¿PARA QUÉ TE CREÓ DIOS?
(1ª Jn.1:1-4) Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida 2(porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); 3lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. 4Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido. El hombre es realmente un ser especial: ha sido hecho a la imagen de Dios y ha sido creado para tener comunión con Dios. Hay gente que tiene la idea de que Dios hizo al hombre para tener a alguien a quien controlar. Pero Dios no es un controlador. Él es amor, y el amor necesita darse a alguien. Por eso Dios creó al hombre: para poder darle su amor.
Dios pudo haber dado su amor a los ángeles, y lo hizo. Pero el darle su amor a los ángeles no fue satisfacción suficiente. ¿Por qué? Porque los ángeles no están hechos a la imagen de Dios. En ese sentido, usted actúa de la misma manera. Por ejemplo, digamos que tiene un perrito en su casa. Puede entretenerse con ese animalito hasta cierto punto, pero luego llega el momento en que desea hablar con alguien, llega el momento en que necesita tener comunicación a su nivel. La razón por la cual usted es así es porque fue creado a la imagen de Dios. Así es Él. Dios desea tener comunión con alguien como Él. Atrévase a creer que usted es realmente especial, único en la creación, hecho por Dios a su imagen. Atrévase a recibir el amor de Dios y a corresponder a ese amor. Le invito a que se ponga en el espejo de Dios y lea (Gén. 1:26-1) ¡Allí está usted, allí estoy yo! ¡Gracias Padre por haberme creado a tu imagen!

EN TUS MANOS ESTOY SEGURO:


ACERCA DE LOS ÁNGELES
 
(Sal. 91:11) Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. Es hora de aclarar las cosas. Los ángeles no es algo de niños. No son niños gorditos con cabello rubio, con arcos y flechas en sus manos. Los ángeles son guerreros grandes y fuertes; son seres reales y poderosos. Si usted es creyente, ellos son parte esencial de su vida. En la Biblia vemos ejemplos de lo que los ángeles pueden hacer. Por ejemplo, cuando los hijos de Israel huían del ejército de faraón, la Biblia dice que de repente las ruedas de los carros de los egipcios fueron trastornadas. Simplemente dejaron de rodar. ¿Quién cree que causó eso? Los ángeles, por supuesto. Pero ellos no se han jubilado; siguen tan activos hoy como lo han estado siempre.
Hace años, vivíamos en la 2ª Secc. De Izapa, Mpio. De Tuxtlachico, del Estado de Chiapas, México. Mandamos a dos de nuestros hijos a comprar a la Coplamar, ellos dicen que en la carretera, vieron a tres varones vestidos como árabes, quienes les dijeron: bájense de la carretera hijitos porque ese tráiler los va a atropellar, a lo cual obedecieron y el vehículo pasó, apenas habiéndose quitado, voltearon para dar las gracias, pero no había nadie. ¿Qué sucedió? Fueron los ángeles, ¿quién más? Mi amigo, esto no es un cuento de hadas, sino un ejemplo tomado de la vida real de la participación de los ángeles en la vida del pueblo de Dios. Y si usted es hijo de Dios, tiene derecho a esperar que los ángeles hagan lo mismo por usted. Por lo tanto, esté a la expectativa. Diga: “Gracias, Padre celestial, por encomendarme al cuidado de tus ángeles para que me guarden en todos mis caminos”. Una vez que usted haya dicho esas palabras de fe, permanezca firme, no tema, no dude. Sea paciente y siga creyendo, y verá la salvación del Señor.
Por si las historias anteriores no le son suficientes, lea la de (Hechos de los Apóstoles 12:1-17) y se deleitará su alma. Dios les bendiga. 

viernes, 7 de septiembre de 2012

¿QUÉ QUIERES DE DIOS?

DIOS TIENE UN POR QUÉ ESPIRITUAL
(Hag. 1:9) Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. La Nueva Versión Internacional dice: “Ustedes esperan mucho, pero cosechan poco; lo que almacenan en su casa, yo lo disipo de un soplo. ¿Por qué? ¡Porque mi casa está en ruinas, mientras ustedes sólo se ocupan de la suya! afirma el Señor Todopoderoso” Esperamos una contraprestación por lo que damos. Todos los seres humanos somos interesados. Aun en el nombre del amor y de la filantropía esperamos una retribución por lo que damos. Amamos a quien nos retribuye. Invitamos a cenar a casa a los amigos que nos pueden devolver la invitación. Esta tendencia egoísta es propia de cada ser humano. Algunos más, otros menos, todos lo manifestamos de alguna manera. Incluso nos manejamos así con Dios. Pensamos que Él piensa igual que nosotros y nos manejamos con Dios como con nuestros padres. Damos esperando recibir algo a cambio. Y por lo general, damos menos de lo que esperamos recibir.
Esta actitud tan del siglo XXI, era la misma que tenían aquellos judíos en los tiempos del profeta Hageo. Ellos pensaban que estaban agradando a Dios. Creían que estaban satisfaciendo las demandas divinas y en consecuencia esperaban retribución. Pero miraban los resultados y cada vez tenían menos. Esperaban mucho de sus sembradíos pero cosechaban poco. Trabajaban mucho, pero cobraban poco. Almacenaban mucho, pero disponían de poco. Y la ecuación no les cerraba. Aquellos judíos analizaban sus actos y consideraban que debían recibir más de lo que estaban obteniendo. No había ninguna razón lógica para esa tendencia. Se esforzaban, trabajaban, se sacrificaban pero no conseguían lo que esperaban. La respuesta a sus interrogantes, se las da el profeta con claridad. Ellos habían edificado casas preciosas, con lujo y comodidades; pero la casa de Dios estaba desolada. El templo estaba arruinado, pero sus casas estaban como nuevas. Por eso es que Dios no prosperaba sus trabajos. Hoy Dios sigue teniendo la misma filosofía. Y en el plano espiritual, muchas veces creemos que merecemos las bendiciones de Dios por cumplir con algunas pautas o mandamientos. Suponemos que Dios debe bendecirnos por ir a la iglesia, leer la Biblia o tener algún ministerio. Y creemos que podemos negociar con Dios, dándole algo a cambio que nos retribuya como esperamos. Este es un gravísimo error. Dios no tiene nuestra mente de billetera. Y sus bendiciones, por ser un Ser espiritual, son espirituales. No midas las bendiciones de Dios por el dinero. Vas a frustrarte como los compañeros de Hageo. Recuerda: Dios tiene un por qué espiritual.

NUESTRA HERMOSA VID:

PERMANECER EN JESÚS
(Jn. 15:6) El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si le pidiera que hiciera una lista de cien cosas que necesita hacer para agradar al Señor, usted podría hacerla, ¿cierto? Probablemente estaría pensando en una lista tan larga, que no sabría por dónde empezar. Pero puede estar tranquilo. No voy a sugerirle que haga una lista. En cambio, voy a ayudarle a simplificar las cosas al darle sólo una: Permanezca en Jesús. De lo único que usted es verdaderamente responsable es de su unión con Él. Si usted mantiene intactas la unión y comunión con Él, todo lo demás será resuelto. Usted podrá decir: “Pero, ahora estoy enfrentando algunos problemas grandes. Mi vida está al revés. Estoy tan afanado que no sé si voy o vengo. Hoy no tengo tiempo para tener comunión con el Señor”
Entonces, es cuando más necesita tener comunión con Él. Necesita mantener su unión con el Señor en especial cuando las tormentas de la vida vienen. Sé que eso no siempre es fácil. Ya sea la tormenta una enfermedad en su cuerpo o problemas económicos o contiendas familiares, la tentación será fijar la atención y la mente en ese problema. Ni siquiera querrá pensar en algo más. Pues, eso fue lo que el diablo planeó. Esa es la razón por la cual él envió esa tormenta, para distraerle de la comunión con Dios y para alejar su atención de la unión con Él. No caiga en la trampa del diablo. En lugar de eso, ponga sus pensamientos y afectos en el Señor. A medida que lo haga, la fuerza de la fe comenzará a fluir de usted. Esa corriente rechazará toda forma de oscuridad. Le llevará en triunfo en cada tormenta. Tenga hoy comunión con Jesucristo.

TU PUEDES:

TU TIENES LA LLAVE DEL REINO DE LOS CIELOS
Las llaves del Reino
(Mat. 16:19) Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos. El texto griego de este pasaje se leería, literalmente: “Yo te doy las llaves del reino. Lo que declares cerrado en la tierra es cerrado en el cielo y lo que declares abierto en la tierra es abierto en los lugares celestiales” El cielo del cual Jesús estaba hablando no es el cielo donde Dios mora, sino de la zona de batalla: el cielo en donde operan las fuerzas de Satanás. Jesús estaba diciendo que Dios nos ha dado poder para atar a los espíritus malos en los lugares celestiales, y para desatar los poderes angelicales de Dios para obrar a nuestro favor. (Fil. 2:9-10) 9Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra.
Eso lo cubre todo. Como creyentes, tenemos autoridad total sobre los poderes de Satanás. Podemos ejercer autoridad sobre los espíritus malos que están tratando de destruir esta nación. Podemos ejercer autoridad sobre ellos y destruir sus fortalezas en el nombre de Jesús. Ya es hora de que empecemos a comprender lo importante que somos en los asuntos mundiales. Desde el día en que Jesús nos dio la Gran Comisión, la vida o la muerte del mundo ha estado en manos de la Iglesia. Somos los que tenemos el poderoso Nombre de Jesús y la imponente fortaleza del Evangelio para traer vida y abundancia a cada criatura. Somos aquellos cuyas oraciones pueden cambiar todo puesto de autoridad en este país. Nos corresponde comenzar a interceder ahora mismo y a usar el poder que Dios nos ha dado. Podemos venir de tierras diferentes y de diferentes culturas, pero todos tenemos algo en común: Jesucristo es nuestro Señor. Y eso es suficiente para alterar el aspecto espiritual de este mundo.

LA GLORIA ES PARA DIOS:


QUE SOLO DIOS SEA GLORIFICADO
(Mat. 14:14) Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos. (Mat. 15:30-31) 30Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó; 31de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel. La tradición religiosa dice que Dios es glorificado cuando soportamos abnegadamente el sufrimiento y la enfermedad. Pero eso no es lo que dice la Biblia. Lo que sí dice es que Dios es glorificado cuando los ciegos ven, los cojos andan y los mancos son sanados. En la India o en África, donde la gente desconoce esas tradiciones religiosas, cuando alguien se pone en pie y dice: “Yo vengo a ustedes como mensajero del Dios Altísimo”, la gente lo cree. Cuando ellos oyen decir que Jesús, el Rey de reyes, derramó su sangre por ellos; cuando oyen decir que Dios les ha enviado un mensajero para decirles que Jesús los libertará del pecado, de la enfermedad y de la muerte, se llenan de emoción. No se ponen a discutir con la Palabra de Dios Entonces, ¿sabe qué sucede? Que la gente empieza a ser sanada, a tirar las muletas y a quitarse los vendajes. Cuando aprendamos a recibir la Palabra de Dios como lo hace la gente de esos lugares, las mismas cosas sucederán entre nosotros. Dios no hace acepción de personas; su Palabra actúa en todos. La diferencia está en la manera en que la recibamos.

CÁPSULA DEL DIA:

COMIENZA A HABLAR PALABRAS DE FE

(Mat. 12:34) !Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. Así como las palabras sin fe no tienen ningún efecto, la fe sin palabras tampoco. Ambas son necesarias para activar la ley de la fe. Hay muchos creyentes que ignoran ese principio; están hablando siempre palabras de duda y de incredulidad. Luego, un día se les ocurre levantarse y decir algunas palabras de fe, y con ellas esperan mover montes; pero para su sorpresa, los montes no se mueven. ¿Por qué no se mueven? Pues, como dice: (Mat. 12:34-35) 34!Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. 35El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Las palabras que vienen del corazón son las que producen resultados. La persona que dice algunas palabras de fe de vez en cuando, no las está diciendo de la abundancia de su corazón, por eso no son eficaces. ¿Quiere eso decir que usted no debería hablar palabras de fe hasta que no esté seguro de que tiene la fe para respaldarlas?
¡No! Hablar palabras de fe es un buen ejercicio espiritual. Por ejemplo, en lo que concierne a la salud, si quiere recibir sanidad por la fe, someta su mente y su boca a la Palabra de Dios. En vez de hablar de lo mal que se siente, repita lo que dice (Is. 53:5) Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Tradúzcalo como sigue: “Mas [Jesucristo] herido fue por [mis] rebeliones, molido por [mis] pecados; el castigo de [mi] paz fue sobre él, y por su llaga [fui yo curado]” Al meditar más en esas palabras y repetirlas, la verdad en ellas contenida empezará a penetrar y a arraigarse en su corazón. Con el tiempo usted estará hablando de la abundancia de su corazón. Y cuando eso suceda, las circunstancias en que usted esté no importarán, porque sabrá que tendrá lo que ha estado pidiendo, y ni el diablo mismo podrá persuadirlo de lo contrario. Usted habrá pasado de la esperanza a la fe, entonces empezará a ver los montes moverse.

UNA CÁPSULA DE AMOR:

(Jn. 8:11) Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. Siempre me sorprende esta historia, y cada vez que la leo o la escucho encuentro perlas para mejorar mi relación con Dios. La mujer había sido encontrada en el mismo acto de adulterio. La Ley exigía que en este caso, la pareja sea condenada a muerte por lapidación. Los fariseos llevaron el caso ante el Señor Jesús quien estaba en el templo. Frente a todos expusieron el caso y desafiaron: Tú, ¿Qué dices? Juan aclara que presentaron el caso para poder acusar al Señor. Es cierto que la mujer debía ser ejecutada, la Ley de Dios lo determinaba. Pero el hombre también, aunque de este no se sabe nada. Ni siquiera estuvo presente en la escena. Pienso que estaría pensando la mujer en ese momento. Se estaría reprochando su mala decisión, estaría viendo como excusarse frente al juez, estaría resignada esperando la muerte, culparía a alguien más para no caer sola. Pero ella no dijo nada, solo espero el veredicto.
Frente a la insistencia de los fariseos, Cristo manda cumplir la ley y apedrearla. Pero les dice que el que esté sin pecado, que tire la primera piedra. Y acusados por su conciencia se fueron todos, dejando a la mujer en silencio y quieta donde la habían acusado. Cristo sabía todo, era consciente de lo que estaba pasando. Dejó que todos se fueran y quedó a solas con la mujer. Cuanta ternura hay en la mirada de Jesucristo Y a la vez, ¡cuánta firmeza y confianza! Ambos eran consientes que ella no merecía el perdón, que era culpable. Ambos sabían que Dios es amor y también es justicia. Y una vez más Cristo demuestra la Gracia de Dios: Vete y no peques más. Hubo perdón inmerecido de las faltas cometidas. No hubo recriminación, ni señalamiento, ni condena. Solo perdón, porque Dios tiene la Gracia de perdonar. Pero también aclara: no lo hagas más. No es indolente frente al error, no minimiza el problema, no pasa por alto la falta. La perdona porque ama, pero con firmeza demanda una modificación en la conducta. No sabemos qué es lo que ella hizo. La Biblia no lo dice. Pero si puedes saber qué es lo que vas a hacer con el perdón de Dios. Eso no ha cambiado. Dios sigue manifestando su Gracia para perdonar tus pecados, pero tú ¿vas a irte y no pecar más? O vas a seguir reincidiendo. Recuerda, el perdón te obliga a cambiar.

lunes, 6 de agosto de 2012

CÁPSULA DEL DÍA:


UN EJEMPLO VIVO DE AMOR
         (Rom. 5:5) “Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” No es necesario que se preocupe si en usted no hay suficiente amor. La Palabra dice que el amor de Dios ha sido derramado en su corazón por el Espíritu Santo. El amor de Dios está en usted. Lo que necesita hacer es tomar la decisión de dejarlo que fluya.
         Haga la oración siguiente: En el nombre de Jesús tomo la decisión firme de vivir, a partir de hoy, la vida de amor y dejar que la ternura de Dios se manifieste por medio de mí para que sane los corazones heridos de los que encuentre en mi camino. Padre, enséñame a amar aun cuando las cosas salgan mal; a ser paciente y bondadoso cuando los niños necesitan atención; a pasar por alto las palabras rencorosas de mi cónyuge enojado; a regocijarme cuando otro en la oficina recibe el aumento que yo creí que yo necesitaba. Enséñame a hablar en amor y a desechar calladamente todo chisme y reemplazarlos con palabras de gracia. Señor, tu Palabra dice que tu amor ya está dentro de mí y que ha sido derramado en mi corazón. Por eso, tomo la decisión de quitar todo obstáculo que impida al amor fluir libremente hacia la vida de los demás. Dejo atrás los resentimientos y perdono a todos los que me han hecho mal. En los días venideros, hazme crecer, sobresalir y desbordarme en tu amor. Hazme ser lo que este mundo más necesita: un ejemplo vivo de amor. Amén”
(1ª Jn. 4:7-17) 7Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 8El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. 9En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. 10En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 11Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. 12Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros. 13En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu. 14Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo. 15Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. 16Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. 17En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.


domingo, 5 de agosto de 2012

¿COMO REACCIONAR?


LA HISTORIA DE SHAY
En el transcurso de una cena de una obra de caridad, el padre de un niño minusválido pronunció un discurso inolvidable, el discurso es este: Decimos que Dios hace todo con perfección. ¿Dónde está la perfección en Shay, mi hijo? Mi hijo no puede comprender las cosas como otros niños. Mi hijo no puede recordar como otros niños. ¿Dónde está pues la perfección de Dios?
Ah, ya sé, creo que creando a un niño retrasado como mi hijo, la perfección que busca Dios es: ¿Cómo reaccionamos con este niño? He aquí una pequeña anécdota para ilustrar mis declaraciones: Un día estábamos viendo a un grupo de jóvenes jugando beisbol. En eso Shay me dijo: ¿Piensas que me dejarían jugar? Sabía que Shay no era la clase de compañero de equipo que los chicos buscan normalmente, pero esperaba a pesar de todo que se le permitiera jugar. Pedí pues a uno de los jugadores de campo si podían dejar que Shay participara.
El jugador reflexiona algunos instantes y dice: “Perdemos por seis carreras y estamos en la octava entrada, creo que puede formar parte del equipo y tener la oportunidad de batear en la novena entrada” Shay lanzó un suspiro enorme. Le dijimos a Shay que se pusiera su guante y que tomara posición. Al final de la octava, el equipo de Shay anotó pero todavía había una diferencia de tres carreras. ¡Hacia el final de la novena entrada, el equipo de Shay anota otra carrera! El equipo tiene ahora dos carreras de diferencia y todavía una posibilidad de llevarse el partido. Cosa asombrosa, le dan el bate. Todos saben que es casi imposible ganar porque Shay no sabe ni cómo coger el bate, ni cómo golpear una pelota.
Cuando Shay se colocó sobre la zona de recepción, el lanzador se acerca algunos pasos y lanza la pelota bastante despacio para que Shay pueda por lo menos tocarla con el bate. Shay batea torpemente el primer lanzamiento, sin éxito. Uno de sus compañeros de equipo viene en su ayuda y los dos agarran el bate, esperando el próximo lanzamiento. El lanzador se acerca un poco más y muy despacio le echa la pelota a Shay. Con su compañero de equipo, Shay golpea la pelota que rueda hacia el lanzador que la recoge. Habría podido fácilmente lanzarla a la primera base, eliminar de cualquier manera a Shay y haber acabado el juego. Pero en vez de eso, el pitcher lanza la pelota muy alta en el campo, lejos de la primera base. Todos ellos se echan a gritar: ¡Corre a la primera base, Shay! ¡Corre a la primera base! Jamás habría tenido la oportunidad de correr a la primera base. Shay galopa a lo largo de la línea de fondo, totalmente asombrado. Cuando logra la primera base, el receptor de la derecha tiene entre manos la pelota; podría fácilmente lanzarla a la segunda base, lo que eliminaría a Shay que no deja de correr. Pero lanza la pelota arriba hacia la tercera base y todos gritan: ¡Corre a la segunda! ¡Corre a la segunda! Los corredores delante de Shay se acercan a la segunda base, el adversario se dirige hacia la tercera base y exclama: ¡Corre a la tercera! Cuando Shay pasa por la tercera, los jóvenes de ambos equipos le siguen exclamando: ¡Haz todo el circuito, Shay! Shay completa el circuito, alcanza la zona de recepción y los jugadores le levantan sobre sus hombros. ¡Shay es un héroe! Acaba de hacer una gran carrera y de ganar el partido para el equipo. Todo ese día estuvo su padre con lágrimas en los ojos. Estos 18 chicos alcanzaron su propio nivel de la perfección de Dios.
La paradoja de hoy es que: Tenemos la paciencia de construir grandes edificios pero no la paciencia suficiente para controlar su cólera. Tenemos caminos anchos, pero puntos de vista estrechos. Gastamos más, pero poseemos menos. Habitamos casas más grandes, pero las familias son más pequeñas. Gozamos de más comodidades, pero no tenemos tiempo libre. Acumulamos más diplomas, pero damos prueba de menos lógica, menos discernimiento. Multiplicamos los activos, pero disminuimos sus valores. La ciencia permite vivir más tiempo, pero priorizamos la cantidad sobre la calidad, y para muchos de nosotros, la vida resulta triste y monótona. Hicimos el viaje ida y vuelta hacia la luna, pero tenemos la dificultad en atravesar la calle para presentarse a su vecino. ¿Cómo reaccionamos con los que tienen minusvalidez? ¿Copiaremos a esos jóvenes? Espero que así sea y que Dios nos de de su Espíritu, para amar a nuestro prójimo.

CAMINOS MISTERIOSOS
Mike Larkin, Oficial de tránsito en el Estado de California patrullaba en su motocicleta, cuando de pronto un camión de carga salió en una esquina a alta velocidad. El Oficial Larkin pensó inmediato, esto es una buena boleta, encendió su sirena y sus luces y comenzó la persecución del día. El conductor del camión aceleró con mayor fuerza y el Policía Larkin aumentó a su vez la velocidad de la motocicleta. Tras varios minutos de persecución Mike se comunicó por radio con la Estación Central pidiendo ayuda, pero el silencio fue su respuesta, luego de llamar varias veces, escuchó una voz desde la central que le dijo: !Cállate! Nuevamente comenzó a llamar, nadie respondió y un poco más tarde nuevamente la voz le dijo. ¡Que te calles!
Sin entenderlo, siguió su persecución y ahora la voz en la radio desde la Central decía. ¡Atención! Si hay un oficial de policía cerca de Calle Park 1254, en esa casa hay una emergencia, un niño está sin poder respirar, favor ir de inmediato allí. Para sorpresa de Mike, justo estaba ahora frente a la casa 1254. Se detuvo y en ese momento el padre del niño con rostro de angustia salía apresuradamente con el niño en sus brazos, sus labios morados. El Oficial Mike, tomó el niño y le dio respiración artificial. El niño volvió en sí y pudo recuperar su respiración, dos minutos más tarde llegaron los paramédicos, hicieron a un lado a Mike, tomaron el niño y con su padre lo llevaron en la ambulancia y allí quedo el oficial Mike, solo.
Pensativo, se dijo a sí mismo. ! No es justo, llego, auxilio este niño, nadie dijo gracias y los paramédicos ni me determinaron y el Camión que yo perseguía se fue! Mientras un sentimiento de injusticia lo abrazada. Escuchó a Dios hablar a su corazón diciéndole: ¿Por qué te preocupas? Tú estabas en el lugar correcto y a la hora correcta, para ayudar a la persona correcta. No te olvides que yo opero por caminos misteriosos. Yo usé ese camión para que llegaras a este punto correcto, yo impedí que te comunicaras con la Central, para que llegaras en el tiempo correcto. Hiciste lo que yo quería que hicieras y eso te debe hacer feliz. Mike, encendió su moto y con una sonrisa en sus labios reanudó su patrullaje lleno de satisfacción. Años más tarde ese Oficial de Policía llegó a ser el Director Mundial de Misiones Internacionales.
No te olvides que aún hoy, Dios puede llevarte por caminos misteriosos, que no logras entender ni comprender para que estés en el sitio correcto y a la hora correcta para tender tu mano a la persona correcta. En (Ex. 33:13) leemos: “Ahora pues, si he hallado gracia ante tus ojos, te ruego que me hagas conocer tus caminos para que yo te conozca y halle gracia ante tus ojos. Considera también que esta nación es tu pueblo” (Deut. 10:12) Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti? sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma” (Sal. 25:4) Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas.
Roguemos a Dios para que podamos ser como estos personajes bíblicos y nos dé de su Espíritu para poder pedir como conviene, a saber: Que nos dé de su gracia, para poder temerle, amarle y nos pueda mostrar sus caminos. (Is. 55:8) Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Amén.

sábado, 28 de julio de 2012

CAPSULA DEL DÍA:


OCUPANDO Y VENCIENDO EN LA TIERRA PROMETIDA
(Núm. 14:9) Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis” Hace miles de años, Dios dijo a los hijos de Israel que subieran y ocuparan la tierra que les había dado. Les dijo que la tomaran, por la fuerza y sin temor, de los impíos que moraban allí. Él todavía dice eso hoy. Dios todavía trata de que como su pueblo, tomemos la buena tierra que nos ha dado. Él todavía trata de que usemos el poder que nos ha dado para echar al malvado fuera. Esta tierra no le pertenece al diablo, le pertenece a Dios: (Sal. 24:1) De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan. Él diablo sólo se mudó y tomó control de las cosas porque los creyentes no lo hemos detenido. Ese es nuestro trabajo, ¿sabía usted? Jesús tomó los derechos legales de Satanás en la mañana de la resurrección. Entonces Jesús nos puso a cargo de llevar a cabo la derrota de Satanás. Las Escrituras dicen que Jesús se ha sentado a la diestra de Dios hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies (Heb. 10:12-13) 12pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies.
¿Sabe lo que eso significa? Significa que Jesús espera que le demos un puntapié al diablo y a sus legiones y los echemos fuera de los asuntos de este mundo. Jesús espera que llevemos a cabo la victoria que Él ganó en el Calvario y que ocupemos esta tierra. Pero así como Israel tuvo que subir físicamente a tomar la tierra de Canaán, usted y yo tenemos que subir en el Espíritu si vamos a establecer el dominio de Dios sobre la tierra. Vamos a tener que movernos. ¡No podemos hacerlo sentados! Escuche, es posible que usted no lo sepa, pero estamos en guerra. Estamos en una batalla espiritual y estamos ganando. En verdad, si comprendiera lo que ya está establecido en el mundo espiritual, se reiría del diablo cada vez que él mostrara su rostro. Por lo tanto, si el diablo hoy tiene control de algún aspecto de su vida, de su iglesia o de su comunidad, levántese en el Espíritu por medio de la fe, la oración y la Palabra y comience a recuperar ese territorio. No tenga temor. La defensa del diablo se apartó de él. No tiene ninguna arma que pueda prevalecer contra usted. Porque El Señor Jehová está con usted. ¡Levántese en el nombre de Jesús y recobre la tierra! Vea lo que hace Dios: (Ex. 14:10-31) 10Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová. 11Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? 12¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto. 13Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. 14Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. 15Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. 16Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco. 17Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería; 18y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando me glorifique en Faraón, en sus carros y en su gente de a caballo. 19Y el ángel de Dios que iba delante del campamento de Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus espaldas, 20e iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, y alumbraba a Israel de noche, y en toda aquella noche nunca se acercaron los unos a los otros. 21Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas. 22Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. 23Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo. 24Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios, 25y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios. 26Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería. 27Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar. 28Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno. 29Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda. 30Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. 31Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su siervo.
Faraón (diablo) se opondrá, pero usted y yo por la Palabra de Dios, !Somos más que vencedores.

jueves, 26 de julio de 2012

UNA PROMESA DE AMOR:


USTED NO TIENE POR QUE CAER SIEMPRE
(2ª P. 1:10) Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. “No caeréis jamás” Cuando piensa en eso, esa es una declaración sorprendente, ¿no es verdad? Él diablo nos ha hecho tropezar tantas veces a la mayoría de nosotros que no nos gusta ni pensar en eso. La Palabra de Dios dice que no tiene que ser de esa manera. Dios dice que hay algo que nos puede mantener firmes. ¿Qué es? “Afirmar nuestra vocación y elección” Si no se ha afirmado, necesita comprender cuán importante es. Necesita enfrentar el hecho de que no puede vivir una vida de victoria sin afirmar su vocación. Usted no puede permanecer fuerte en la Palabra de Dios sin tomar su Biblia durante la semana. Hacerlo sólo el domingo por la mañana no va a surtir ningún efecto. Sin embargo, la mayoría de los creyentes tratan de subsistir con eso. Precisamente por eso tenemos miles de iglesias por todo el mundo llenas de gente nacida de nuevo que no tienen suficiente fe ni para matar un mosquito. No se han afirmado.
Se cuenta de una hermana sanada de cáncer, se había empapado de la Palabra de Dios, había tomado una postura de fe, pero, varios años después, el cáncer volvió. Y la Palabra de Dios dice: “Ninguna arma forjada contra ti prosperará” (Is. 54:17) Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová. Ella sabía esta Palabra, pero, ¿Dónde estaba su Biblia? Probablemente toda empolvada. Es para llorar cuando oímos de personas que se olvidan de su pan diario.
Escuche, esto es un asunto diario. Él diablo ronda las 24 horas del día maquinando maneras para hacernos caer. Jesús está en el trono 24 horas al día dándonos poder para resistir al diablo, y nosotros necesitamos estar ejercitando nuestra fe todo el tiempo. Si quiere perseverar en los días venideros, va a necesitar más que la fe de la Escuela Dominical. Va a necesitar fe madura, que mueva montes, y sólo hay una manera de adquirirla: dedicarse a la Palabra con más firmeza de lo que lo ha hecho. Sea pronto para hacer firme su vocación y elección; y no importa lo resbalosa que se ponga la situación, ¡usted no caerá jamás! Eso es la promesa en (2ª P. 1:10) arriba señalada. ¡Ánimo! Bendiciones.