“LEJOS DE TODO’’
(Luc. 9:12) Pero el día comenzaba a
declinar; y acercándose los doce, le dijeron: Despide a la gente, para que
vayan a las aldeas y campos de alrededor, y se alojen y encuentren alimentos;
porque aquí estamos en lugar desierto. Hay ocasiones
que pensamos que nuestros problemas ya no tienen solución, que ya es demasiado
tarde. Pero nos dice la palabra del
Señor que el milagro de la multiplicación de los panes se dio precisamente
cuando ya era tarde, si ustedes presto atención al evangelio escrito
anteriormente el versículo 12 empieza así el día comenzaba a declinar en otras
versiones de la biblia dice “ya se estaba
haciendo tarde” Jesús aparece cuando ya se hace
tarde, cuando todos nos han abandonado el llega para saciar nuestra necesidad,
para multiplicar el pan de nuestra vida para multiplicar la fe la esperanza y
el amor.
¿Por qué creen
que Jesús llega tarde? (Deut. 8:3) Y te afligió, y te hizo
tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres
la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas
de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre. Para enseñarnos a depender de Él. Hoy por
hoy ¿Que quieres
que Dios multiplique en tu vida? ¿Tu matrimonio está en
crisis? ¿El amor, la fe, la esperanza, la alegría, no la sientes? ¡Que
hacer para obtener todo esto! La respuesta para que se dé
la multiplicación del alimento espiritual en nuestra vida está en el versículo
12 del capítulo 9 de Lucas.
Cuando los
discípulos le dicen a Jesucristo: “despide a la gente para que se busquen
alojamiento y comida en las aldeas y pueblecitos de los alrededores
porque aquí estamos lejos de todo”, en estas
circunstancias estando lejos de todo es cuando el Señor multiplica nuestras
necesidades espirituales. Hay que estar lejos de todo, es decir lejos del
alcohol, lejos de los placeres carnales lejos de la fornicación y el adulterio,
lejos de la avaricia, lejos de la envidia, lejos del orgullo, “lejos de todo”
para que el Señor comience a multiplicar y saciar las carencias de nuestra
vida. En tiempo de decisión, es momento para alejarnos de todo lo
que nos impide recibir el verdadero alimento: Jesucristo es el pan
vivo bajado del cielo. Jesucristo es lo que tu yo necesitamos para alimentar
nuestras almas hambrientas y necesitadas. ¡Gracias! Señor porque te interesas
por mis carencias y necesidades, gracias mi Dios por tu hijo Jesucristo, el es
el único alimento que necesito para tener vida en abundancia.