lunes, 29 de agosto de 2011

ESTUDIO

TEORIA Y PRACTICA

Pensemos por un momento en temas como “El Origen de la Vida” “La Evolución de las Especies” “El Origen del Universo a través del Big Bang o la Gran Explosión”; en relación a estos temas, los expertos solo han manejado una gran diversidad de Teorías, pero todas ellas precisamente son solo eso: Teorías. No hay comprobación fiel a esos tipos de conocimientos. Así que, el conocimiento llega a ser veraz, pleno y completo cuando se conjuntan o se une, tanto la Teoría como la Práctica o la Experiencia. En el tema de la vida cristiana y su relación con la Palabra de Dios, es vital y de suma importancia, que el creyente tenga este conocimiento en base a la Teoría, y a la Práctica o Experiencia. Ahora una pregunta: ¿Cuál debiera ser una prioridad en nuestra máxima meta en el ámbito espiritual? Nuestro objetivo prioritario debe ser: Recobrar la imagen y la semejanza del Señor Jesucristo en nuestra vida. Crecer en toda la estatura espiritual del Varón perfecto, ó el pensar, desear, hablar, sentir, y hacer como Jesús. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen á vuestro Padre que está en los cielos. (Mat. 5:16) Este objetivo lo lograremos por medio de la Teoría y por la Práctica de la Palabra de Dios. Estos son los medios para lograr nuestro crecimiento espiritual y otros comprueben que la Palabra de Dios es real al ver nuestras buenas acciones.

Un día en el futuro serán reveladas o mostradas nuestras buenas obras o que tanto practicamos la Palabra de Dios. Una obra recta o una buena obra, es hacer aquello que Jesús quiere exactamente que hagamos, o solo lo proveniente de Su perfecta voluntad. Una buena obra en Dios es aquello que hacemos bajo la dirección del Espíritu Santo y al menos no es la intención que se enteren los demás de esa obra. Por lo regular la naturaleza humana en muchos casos en su inconsciente busca ser visto, que todos vean quien es; esta es la tendencia del ser humano: Ser conocido. La obra de cada uno será manifestada: porque el día la declarará; porque por el fuego será manifestada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego hará la prueba. (1ª Cor. 3:13) En el tribunal de Cristo, toda obra hecha en esta vida será probada por fuego, Dios es fuego consumidor.

Manifestada: Griego: fanerós: Sig: Brillando públicamente, hacer patente, salir a la luz, manifestar, descubrir, notorio, mostrar, alumbrar, aparecer, brillar.

Declarará: Griego: delóo: Sig: Aclarar por palabras, indicar, informar, hacer evidente, declarar.

Dios recompensará las buenas obras, aquellas que se hicieron bien fundamentadas, pasarán la prueba por fuego. Dios no recompensará cuando el motivo de las obras fue equivocado; incluso, aún cuando hayan sido hechas con aparente sinceridad y buena intención, sin embargo, en el inconsciente había un motivo o intención equivocada, éstas no pasarán la prueba del fuego. Las buenas obras aprobadas y que son del agrado del Padre Celestial proceden la práctica de Su Palabra, y de una relación de amor; amor por el Plan Maestro de Dios y Su perfecta voluntad. El principio divino en este aspecto, es que todas las obras sean fundamentadas o edificadas sobre el amor generado de una relación personal e íntima con Jesús cada día. El enemigo espiritual siempre trata de empujar al creyente al extremo de obras primero y después el amor; empuja al creyente a tener todo tipo de actividades y ocupaciones para que no tenga tiempo de cultivar su relación de entrega y amor para con el Señor Jesucristo. Las obras que se originan de una íntima relación de amor con el Señor Jesús, son las que pasarán la prueba. La relación de amor para con Jesús es la prioridad, o al menos, esa debe ser la prioridad; debiéramos buscar por largo tiempo cada día la presencia del Señor en oración y en el estudio y práctica de la Palabra. Sin esto como base, nuestras obras son obras vanas aunque se traten de actividades cristianas. Cuando el cristiano ha caído en esta trampa, ya no tiene tiempo suficiente para buscar a Dios como para que Él incremente en su corazón el amor por Su Plan Maestro. El engendramiento de obras verdaderas viene de la unión de amor con Dios y con su Hijo. Las obras de la naturaleza carnal y pecaminosa, producen gente que está más atada o unida a la personalidad de un ministro; a una doctrina o punto doctrinal; a una denominación, o a otra cosa antes que a Jesucristo. El hombre carnal trabaja arduamente para darse a conocer de los demás, y a través de sus obras, espera impresionar al mundo con sus dones y ministerios. Porque somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas. (Ef. 2:10)

Obras: Hebreo: Griego: ergon: Sig: Ocupación, faena, obras, desempeño, ocupación, práctica, labrar, trabajos esfuerzos, hechos, acciones, oficios.

Dios preparó todo esto desde antes de la fundación del mundo, (Ef. 1:4) en relación a nosotros y para que anduviésemos en ellas; hoy es el tiempo y momento exacto para practicar esas buenas obras, para tener el Desarrollo Moral de Su Palabra o su Práctica. Qué diferente y edificante fuera nuestra vida, si hoy tan solo pudiéramos hacer trabajos, desempeños u obras en el lugar exacto, en el tiempo adecuado y de la manera que el Señor lo desea. El Desarrollo Moral o las buenas obras son para ser vistas por Dios y para glorificarle; como efecto y añadidura viene el incremento en la madurez y crecimiento espiritual en Jesucristo. Las buenas obras no son para glorificación de la naturaleza del hombre, son para la gloria de Dios. La práctica del Desarrollo Moral de la Palabra, involucra buenas obras relacionadas con el mundo externo; el trato con otras personas, y la batalla contra los ofrecimientos y tentaciones pecaminosas del sistema del mundo. Además está el Desarrollo Moral interno, éste significa que tenemos que hacer la obra de lidiar, batallar y trabajar con la vieja naturaleza pecaminosa que se asienta y se mueve desde el ser interno. Son muchas las actitudes y reacciones negativas que reinan sobre la vida del creyente, y solo basta que Dios permita que sean agitadas las aguas profundas del ser por medio de adversidades: maltrato; ofensas; aflicciones y sufrimientos, entonces se manifiestan esas actitudes y reacciones negativas. Porque lo que hago, no lo entiendo; ni lo que quiero, hago; antes lo que aborrezco, aquello hago. (Rom. 7:15)

De manera consciente, el creyente no desea hacer esas obras malas y que deshonran a Dios, sin embargo, ahí están moviéndose desde su ser interno en tiempos adversos, y se hacen visibles por medio del descontento: enfado; disgusto; molestia, murmuración, desánimo y enojo. Esto en grado menor o mayor. La buena obra interna de batallar contra las actitudes, deseos y pensamientos malos es prioritaria en la práctica de la Palabra. El ámbito de la práctica interna de la Palabra debe ser prioritario, por encima del Desarrollo Moral externo; primero tenemos que lidiar, batallar y deshacernos de nuestra vieja cada día y enseguida producir buenas obras. Pensamos que practicar nuestro Desarrollo Moral, es salir a practicar en los demás, o a favor de los demás; no es así, tenemos que poner por obra o practicar dentro de nosotros primero al buscar un cambio radical, o una transformación de nuestra vieja naturaleza a través de un proceso diario de santificación y limpieza en oración por medio de la Sangre de Jesucristo. Cada día, nuestros sentimientos, actitudes, reacciones, expresiones y obras, son un testigo fiel de lo que realmente somos; si ante el maltrato, aflicción y adversidad, brotan de nuestro ser interno expresiones y actitudes correctas que glorifican al Padre Celestial, entonces podemos darnos cuenta que hemos adquirido madurez y crecimiento en Jesucristo. Si por el contrario, tenemos negativas reacciones, actitudes y malas obras, podremos darnos cuenta que necesitamos buscar un mayor crecimiento o madurez espiritual. Sería muy saludable que de tiempo en tiempo, nos demos a investigar acerca de lo que hay en nuestro ser interno o el tipo de cristianos que somos, al preguntar a los familiares más cercanos, acerca de lo que ellos ven en nosotros, lo bueno y lo malo.

Son diversas las ocasiones en que nos sentimos cansados, desanimados, y decaídos en nuestra experiencia cristiana personal; o incluso en la posición que se tiene en la iglesia, se critica, se murmura y se hablan palabras de molestia. Si no se lidia de inmediato contra todo ello, entonces se tendrá un sentimiento de desesperanza; o bien se puede expresar: "Señor, no puedo más, ya no aguanto, he perdido la fuerza, no puedo más". Esta es una mentira, es una mala obra, es una mala práctica de la Palabra, porque: "Todo lo puedo Cristo que me fortalece" (Fil. 4:13) Debemos pelear contra todo tipo de mala obra interna, contra todo mal pensamiento, sentimiento, deseo e intención y llevarlo ante Dios para su arrepentimiento y transformación; esto es Desarrollo Moral, esto es una buena obra. Un corazón y una mente iluminada por la luz de Dios, se expresa: “Dios no importa si llegas o no a cambiar esta situación adversa, o si quitas o no este sufrimiento, si me sanas o no, lo único que quiero es que me cambies a mí, pues si vivo, para Ti vivo, y si muero, en ti muero. De tiempo en tiempo preguntemos a los familiares cercanos, qué es lo que ven en nuestra vida, lo bueno y lo malo. Dios desea llevarnos por medio del Desarrollo Moral o práctica de Su Palabra, a una posición en la que nuestra paz, gozo, felicidad y gratitud, ya no se establecen sobre el fundamento de los lugares, tiempos, circunstancias, lugares o personas; el Único fundamento debe ser Dios. Una persona que vive y se mueve en el principio de fuera de causa y efecto, y solo vive y se mueve en Dios el Padre, lo tiene todo, no necesita nada para ser feliz, para sentirse satisfecho, para tener paz; el Padre lo es todo. Busquemos vivir fuera de causa y efecto, busquemos vivir y movernos en la dimensión del Padre Celestial; crezcamos en el Desarrollo Moral o la práctica de la Palabra de Dios. Al estar en esta condición, se diluirán nuestras malas obras internas y externas; ya no serán un problemas las actitudes equivocadas a causa de la adversidad, el maltrato, el sufrimiento, solo desearemos ser más como Jesús. En términos generales, podemos predicar, evangelizar, enseñar, cantar y orar de una manera elocuente; podemos ser misioneros o evangelistas de gran fama; o ser notables apoyos de la obra de Dios; pero no siempre será indicio de que todas esas obras vayan a pasar la prueba del fuego.

Por sus frutos los conoceréis.... (Mat. 7:16) Conoceréis: Griego: epideíknumi: Sig: Exhibir, mostrar, enseñar, demostrar.

Recordamos: Es saludable y sabio que de tiempo en tiempo, preguntemos a los familiares más cercanos, acerca de lo que ellos ven de bueno y malo en nosotros. Es seguro que algunas cosas malas de nosotros no las estemos detectando. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, mas cuando ya fuí hombre hecho, dejé lo que era de niño. (1ª Cor. 13:11) En una figura espiritual, un niño hace obras de niño. Las obras de un adulto son obras de adulto. El niño en Cristo, actúa como un niño espiritual, hace obras de niño; el joven se comporta como un joven; el maduro espiritual piensa, desea, habla, siente y hace como Jesús; exhibe, muestra y enseña buenas obras, tanto en su ser interno, como en el mundo externo. Entonces, se debe lidiar contra todas las cosas o frutos imperfectos de niño si es que se desea llegar a ser un cristiano maduro. Se necesita practicar el Desarrollo Moral de lo que se adquiere por medio de la Educación Espiritual o la Teoría de la Palabra de Dios oída en las predicaciones, campañas, congresos y plenarias; además por medio del escuchar la Teoría de la Palabra por medio del oírla a través de audios o cds; o del leerla por medios impresos. No esperemos que Dios haga ese cambio en nuestro ser interno, ello es una elección personal; y también por medio de la auto negación de esas malas obras, del pensar, desear, hablar, sentir y hacer las obras de niño. De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como á espirituales, sino como á carnales, como á niños en Cristo.. Porque todavía sois carnales: pues habiendo entre vosotros celos, y contiendas, y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? (1ª Cor. 3:1-3) El niño en Cristo procede de esa manera, con pleitos, contiendas, desuniones, malos entendidos, etc. El niño es inexperto en la Palabra de Dios; no ha aprendido como experiencia que Dios es la Cabeza, la Causa y el que decide en todas las cosas; y que todas las cosas ayudan a bien. Cuestiona y condiciona a Dios, se entristece, se desilusiona, se molesta y murmura. (Heb. 5:13) El niño es fluctuante; vacila en sus pensamientos y decisiones; duda; titubea; no es firme o sólido en sus elecciones. (Ef. 4:14) El niño es siervo o esclavo de los rudimentos y principios de este mundo; este es su fruto. (Gál. 4:3) Estos son algunos de las características de los niños en Cristo. Pero..... "…más cuando ya fui hombre hecho, deje lo que era de niño" (1ª Cor. 13:11) Una persona que ha madurado en la práctica de la Palabra de Dios; piensa, desea, habla y actúa como Jesús.

Lógico, cuando hemos crecido en un buen nivel espiritual, entonces actuaremos como cristianos maduros; el maduro espiritual piensa, desea, habla, siente y hace como Jesús.

El obstáculo mayor para la práctica de la Palabra, es la falta de disposición para entregar a Dios el poder carnal del viejo hombre, el cual aunque sea de manera inconsciente busca tener el dominio y control en todo; éste siempre se opone a la producción de buenas obras. Nadie puede ayudarnos a practicar la Palabra de Dios; nadie puede hacer lo que nosotros debemos hacer en nuestra experiencia como cristianos y pueda contar a nuestro favor ante Dios; si hemos de producir buenas obras tanto externas como internas, deben fundamentarse en nuestras propias elecciones o decisiones.

Recordemos: Para pensar, desear, hablar, sentir y hacer como Jesús, es solo por medio de la Teoría de la Palabra, y por medio del Desarrollo Moral o Practica de ella; además, por medio de una relación personal con Él a través de la oración. Debiéramos ser una balanza equilibrada en esto. Pensemos un momento en los apóstoles, Jesús los enroló en la mejor escuela por tres años y medio, tuvieron al mejor Maestro en persona. Él les enseñó muchos principios de la verdad; ellos ganaron una gran estatura en el conocimiento o Educación Espiritual, pero no mostraron, ni exhibieron el Desarrollo Moral o Práctica de ese conocimiento en los momentos precisos. Cuando el sufrimiento y persecución se cruzaron en sus caminos entonces ellos huyeron, abandonaron y olvidaron a su Maestro, incluso, Pedro le negó con Palabras ofensivas. Un cristiano maduro en la práctica de la Palabra es como una roca, no cambia en las pruebas. Los sufrimientos, las pruebas, aflicciones, persecuciones y maltrato son las herramientas e instrumentos que Dios usa para mostrar o exhibir, lo que justamente hay en nuestro ser interno. Nuestros ojos como cristianos, están más puestos en buscar un cambio externo (no toques; no gustes) que en tener un cambio interno, un cambio de pensamiento, deseo, intención, actitud y expresión. …así que, por sus frutos los conoceréis. (Mat. 7:20) Conoceréis a los cristianos maduros, por sus buenas y excelentes actitudes y reacciones aún en medio de las más severas pruebas. Conoceréis a los gigantes espirituales por la naturaleza de sus frutos. Ellos son en un aspecto, como una roca; una roca no cambia su naturaleza; aun siendo rechazada, despreciada, lastimada, y maltratada no cambia, ella sigue siendo roca. Si el sol cae sobre ella, si la lluvia la golpea, si las tormentas y tempestades la azotan, ella sigue siendo roca; no se queja cuando es picada por las espinas, no murmura ni se lamenta. Así son los gigantes espirituales, son y actúan de acuerdo al Señor Jesús, el cual fue llevado al matadero y delante de sus trasquiladores, enmudeció y no abrió su boca. Por lo tanto, no es tanto en el cómo se predica, se ora, y se gana gentes para Cristo, más bien es en el cómo reacciona, o cual es su actitud ente el maltrato, pruebas y adversidades. La máxima posición y condición es: …Tener por sumo gozo cuando nos hallemos en diversas pruebas. ..Dad gracias por todo. Estad siempre gozosos. (Stgo. 1:2; 1ª Tes.5:16-17) Es el tiempo de buscar hacer obras mayores; obras gigantes para que el Padre sea glorificado. Nadie podrá poseer la tierra de Canaán si no tiene obras gigantes, Canaán es tierra de frutos gigantes. El que en mí cree, las obras que yo hago también él las hará. y mayores que estas hará.. (Juan 14:12) Orar por los enfermos, son obras; el ganar gente para Cristo, son obras; predicar, ofrendar y ayudar económicamente a la iglesia son obras; el poder ayudar en las necesidades de los demás, son obras; y liberar a los endemoniados, son obras. Pero. .¿Cuales son obras mayores de las cuales Jesús habló?. También mencionó Jesús, que en aquel día delante de Dios el Padre. Muchos dirán: "Señor, en tu, nombre sanamos enfermos, hicimos esto, y también aquello" pero el padre les dirá: "apartaos de mí, no os conozco” (Mat. 7:21-22)

Como cristianos somos como un libro abierto leído por todos… Las obras que mostramos hablan de la clase de cristianos que somos. No que esto esté mal hacerlo, todo lo contrario; sin embargo fueron obras aparentemente bien intencionadas, pero inconscientemente había una condición equivocada. Por otro lado, las obras mayores que Jesús mencionó, se refieren a aquellas que trascenderán por toda la eternidad, son aquellas que nos acompañarán por siempre: Es la obra interna de transformación de nuestra vida, de nuestras intenciones internas, pensamientos, deseos, actitudes, reacciones y expresiones que producen cambios radicales y definitivos en nuestra vida cristiana, y todo fundamentado en la práctica de la Palabra de Dios. Una obra mayor tiene que ver con el hecho de que genuinamente podamos tener gozo y paz, aun en medio de las más severas pruebas; tiene que ver con el hecho de que cada día crezcamos en una vida en la cual seamos hallados irreprensibles, sin mancha, e intachables. Una obra mayor equivale a que seamos cartas abiertas y leídas por todos los hombres, y en las cuales los demás puedan ver Jesús reflejado en nuestras actitudes, reacciones, obras y acciones. Mas sed hacedores de la Palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. (Stgo. 1:22) Debemos de obtener el conocimiento o teoría de la Palabra de Dios; pero también es necesario que tengamos el Desarrollo Moral o la Práctica de ella. Si en este mismo momento Dios nos colocara en la balanza para pesar lo que sabemos de la Palabra, y lo que practicamos de ella ¿Cuál sería el resultado?.. Lo más seguro es que nos diría lo mismo que dijo al rey Belsasar: Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto. (Dan. 5:27) Busquemos el equilibrio de la balanza en este aspecto. “Respondiéndoles Jesús: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre...” (Juan 10:32) Sigamos las pisadas de Jesucristo, pues fuimos llamados a seguirle por donde quiera que él fuere. (Ap. 14:4) Debemos vivir una vida rica en buenas obras teniendo la Teoría y la Práctica de la Palabra. “Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos...” (1ª Tim. 6:18)

lunes, 22 de agosto de 2011

PARA PREDICAR: LO PUEDEN MEJORAR.

¿NUESTRO COPILOTO?

Gál. 2:11-21

(20) Hay una calcomanía parachoques “Jesús es mi copiloto” Y es muy bien mencionada pero preocupante. Cuando estamos en el asiento del conductor de nuestras vidas, el destino nunca es bueno. La función de Jesús no es siempre la de ser nuestro copiloto espiritual, que nos da instrucciones de vez en cuando, sino que siempre debe estar en el asiento del conductor y ¡punto! ¿Por qué? Bajo el tema… Veamos qué:

· CRISTO MURIO POR NOSOTROS:

o Pedro no lo entendía por eso Pablo le resiste (11). Condena el miedo (12). La simulación (13). A no andar rectamente (14).

o En pocas palabras Pablo dice: Cristo murió por nosotros, es verdad, pero no es todo. ¡Fuimos cocrucificados con él!

o Con Jesús en el asiento del conductor, los viejos destinos están en zonas prohibidas.

o Ya no se recorren más las calles del egocentrismo, de la codicia, ni de las pasiones desenfrenadas. (20).

· ¿POR QUE MURIO CRISTO?:

o ¿Por qué quería ser sólo nuestro copiloto? ¡Claro que no! Él quiere estar en tu lugar, ser el Piloto (6-9) Deja buena enseñanza: El no hace acepción de personas.

o ¡No más aventuras a campo traviesa por los pantanos del orgullo o las zanjas de la amargura!

o Estamos crucificados con Cristo, él está al volante. ¡No es el copiloto!

· ¿PARA QUE MURIO EL SEÑOR?:

o Para delimitar nuestra vida (21) “Por demás…” Para enseñarnos que él encaró la muerte por amor. Que él es: El camino, la verdad y la vida. (Juan 14:6)

o Pero por sobre todo, para ser el Piloto, no el copiloto. (2º lugar)

o Pablo dice: (18-19) ¡No puedo volver a mi revolcadero, si conozco a mi Piloto!

Amados, nuestro gozo es dejar que Cristo conduzca y delimite nuestras vidas. Habrán algunos baches en el camino, pero podemos contar con esto: El nos conducirá a puerto seguro. La pregunta es: ¿Queremos seguir al volante de nuestra vida? ¡No! Pues es hora de dejar que Cristo conduzca.

LECCION DE BABOSA

(Miq. 6:1-8)

(8) Existe un molusco amarillo, alargado, lento y blando que se llama: banana slug (babosa) Ese es el nombre de un equipo de fut de los EEUU. ¿Qué querían lograr con ello? Darle importancia a su equipo, querían resaltar. El deporte no es malo cuando no le damos tanta importancia. No se puede dejar la alabanza a Dios, por uno de ellos. Bajo el tema… Veamos cual es la lección de Miqueas:

· LA PRIMERA LECCION ES:

o Oír la voz de Dios (1)

o ¿Con qué propósito? (1b-2)

· LA SEGUNDA LECCION ES:

o Que aprendamos que Dios no se mete con nosotros (3)

o Al contrario (4)

o Recordarnos que él siempre intercede por su pueblo (5) En (Deut. 22:2-24:25) Encontramos una hermosa historia: Vemos a Balac, aconsejando a Balaam a que maldiga al pueblo de Dios.

o Dios le dice: No lo hagas, pero Balaam no obedece, hasta que la asna habla.

o Por eso Balaam no maldice al pueblo de Dios y ya sabrán el enojo de Balac.

· POR ESO LA TERCERA LECCION ES:

o Cinco preguntas que tienen como respuesta la declaración más sublime de Dios para el ser humano.

o He aquí las preguntas (6-7)

o Escuchemos la maravillosa declaración (8)

Amados, ¿Qué pide Jehová de nosotros? ¿Qué armemos el mejor equipo de futbol? Lo que nos pide es: (Mat. 22:37-39) 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Por eso Miqueas enumera los requisitos, a saber: Hacer justicia, amar misericordia y humillarnos ante nuestro Dios. Para el cristiano es vital que ninguna cosa tenga la prioridad que a Dios le pertenece. ¿Qué es lo que más nos interesa? ¿El deporte, las cosas materiales? O Amar a Dios.

lunes, 15 de agosto de 2011

ALIENTO DE NUESTRO DIOS.

Ola mis hermanos en Cristo y amigos queridos: “El Señor es mi pastor, nada me faltará. En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce. El restaura mi alma; me guía por senderos de justicia por amor de su nombre. Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento” (Sal. 23:1-4 (LBLA)

La palabra "valle" en la Biblia generalmente se la asocia con tiempos de tristeza y angustia. A esta altura, todos sabemos que nuestra vida no es precisamente un "lecho de rosas". Jesús mismo lo dijo: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33) Recientemente me ha tocado transitar por este valle oscuro, dominado por la muerte, donde las palabras escasean y abundan las preguntas. Es muy importante creer que Dios sigue estando con nosotros y que Él nunca nos ha abandonado ni tampoco piensa hacerlo en el futuro. Experimentar la presencia sanadora de Dios es indispensable para fortalecerse con el fin de seguir caminando lo que nos resta de vida. Seguramente no podremos evitar atravesar por estos valles de sombra de muerte a lo largo de nuestra vida, pero lo que sí debemos evitar es desviar nuestra mirada de las cosas de Dios. Tenemos dos opciones: o soltarnos de su mano y enfrentar nuestro sufrimiento en soledad, o aferrarnos aun más fuerte de la mano del Señor, quien nunca nos abandona. Simplemente quisiera compartir aquellos versículos que me han ayudado a atravesar confiado, este valle de sombra de muerte. Sé que la Palabra de Dios te fortalecerá, cualquiera sea la situación que estés viviendo en este momento.

“Hermanos míos, queremos que sepan lo que en verdad pasa con los que mueren, para que no se pongan tristes, como los que no tienen esperanza. Nosotros creemos que Jesucristo murió y resucitó, y que del mismo modo Dios resucitará a los que vivieron y murieron confiando en él” (1ª. Tes. 4:13-14) (BTA)

“Ustedes los cielos, ¡griten de alegría! Tierra, ¡regocíjate! Montañas, ¡prorrumpan en canciones! Porque el Señor consuela a su pueblo y tiene compasión de sus pobres” (Is. 49:13 (NVI)

“Dios bendice a los que sufren, pues él los consolará” (Mat. 5:4) (TLA)

Dios nos ayuda en las dificultades y sufrimientos. ¡Demos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Él es un Padre bueno y amoroso, y siempre nos ayuda. Cuando tenemos dificultades, o cuando sufrimos, Dios nos ayuda para que podamos ayudar a los que sufren o tienen problemas” (2ª Cor. 1:3-4) (TLA)

Hoy Dios te dice lo siguiente: “Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa” (Is. 41:10) (NVI)

Con esa promesa, repito como el salmista: “¡Pero yo sé que viviré para disfrutar de tu bondad junto con todo tu pueblo! Por eso me armo de valor, y me digo a mí mismo: Pon tu confianza en Dios. ¡Sí, pon tu confianza en él!” (Sal. 27:13-14) (TLA)

Otra versión dice: “Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes” Hermano y mi amigo: “Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová”

Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado” (Is. 26:3)

“Tus promesas me dan vida; me consuelan en mi dolor” (Sal. 119:50) (TLA)