sábado, 28 de julio de 2012

CAPSULA DEL DÍA:


OCUPANDO Y VENCIENDO EN LA TIERRA PROMETIDA
(Núm. 14:9) Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis” Hace miles de años, Dios dijo a los hijos de Israel que subieran y ocuparan la tierra que les había dado. Les dijo que la tomaran, por la fuerza y sin temor, de los impíos que moraban allí. Él todavía dice eso hoy. Dios todavía trata de que como su pueblo, tomemos la buena tierra que nos ha dado. Él todavía trata de que usemos el poder que nos ha dado para echar al malvado fuera. Esta tierra no le pertenece al diablo, le pertenece a Dios: (Sal. 24:1) De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan. Él diablo sólo se mudó y tomó control de las cosas porque los creyentes no lo hemos detenido. Ese es nuestro trabajo, ¿sabía usted? Jesús tomó los derechos legales de Satanás en la mañana de la resurrección. Entonces Jesús nos puso a cargo de llevar a cabo la derrota de Satanás. Las Escrituras dicen que Jesús se ha sentado a la diestra de Dios hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies (Heb. 10:12-13) 12pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies.
¿Sabe lo que eso significa? Significa que Jesús espera que le demos un puntapié al diablo y a sus legiones y los echemos fuera de los asuntos de este mundo. Jesús espera que llevemos a cabo la victoria que Él ganó en el Calvario y que ocupemos esta tierra. Pero así como Israel tuvo que subir físicamente a tomar la tierra de Canaán, usted y yo tenemos que subir en el Espíritu si vamos a establecer el dominio de Dios sobre la tierra. Vamos a tener que movernos. ¡No podemos hacerlo sentados! Escuche, es posible que usted no lo sepa, pero estamos en guerra. Estamos en una batalla espiritual y estamos ganando. En verdad, si comprendiera lo que ya está establecido en el mundo espiritual, se reiría del diablo cada vez que él mostrara su rostro. Por lo tanto, si el diablo hoy tiene control de algún aspecto de su vida, de su iglesia o de su comunidad, levántese en el Espíritu por medio de la fe, la oración y la Palabra y comience a recuperar ese territorio. No tenga temor. La defensa del diablo se apartó de él. No tiene ninguna arma que pueda prevalecer contra usted. Porque El Señor Jehová está con usted. ¡Levántese en el nombre de Jesús y recobre la tierra! Vea lo que hace Dios: (Ex. 14:10-31) 10Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová. 11Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? 12¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto. 13Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. 14Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. 15Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. 16Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco. 17Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería; 18y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando me glorifique en Faraón, en sus carros y en su gente de a caballo. 19Y el ángel de Dios que iba delante del campamento de Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus espaldas, 20e iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, y alumbraba a Israel de noche, y en toda aquella noche nunca se acercaron los unos a los otros. 21Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas. 22Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. 23Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo. 24Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios, 25y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios. 26Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería. 27Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar. 28Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno. 29Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda. 30Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. 31Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su siervo.
Faraón (diablo) se opondrá, pero usted y yo por la Palabra de Dios, !Somos más que vencedores.

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