martes, 8 de noviembre de 2011

QUE CORAZÓN TIENES

HAZ LO QUE AMAS, AMA LO QUE HACES

Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne. (Ez. 11:19)

Las personas de éxito dejan que la pasión y los talentos que Dios les ha dado sean los que les guíen en la vida. Tienen claridad de propósito y un corazón centrado en una sola cosa. Dios no te da talento para algo con el fin de que te dediques a hacer otra cosa totalmente diferente. Siempre se pueden unir el talento y la pasión, si tienes la valentía de enfocarte en el propósito de tu vida y de arriesgarte. Bronson, autor del libro ¿Qué debo hacer con mi vida? dice así: “Estoy convencido de que en el futuro, el éxito en los negocios empezará con la pregunta: ¿Qué debo hacer con mi vida? En efecto, las personas no triunfan por cambiarse a un sector nuevo y emocionante, ni por adoptar un manera que les guíe en la carrera. Consiguen tener éxito porque se centran en la pregunta de su identidad y se conectan con el trabajo que de verdad les gusta (y al hacerlo, se desprende una fuerza creadora y productiva formidable que ni siquiera habían imaginado).

Carly Fiorina lo expresó así: “Ama lo que haces; o si no, no lo hagas… elige hacer algo porque está arraigado en tu corazón y también en tu mente. Elígelo porque todo tu ser está en ello.” No seas esclavo del sueño de nadie, porque una vez que hagas tuyo un sueño, ese sueño será parte íntegra de ti. Si te haces esclavo del sueño de alguien, pronto se convertirá en pesadilla. Escribe Pablo: (2ª Cor. 1012-13) 12Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos. 13Pero nosotros no nos gloriaremos desmedida-mente, sino conforme a la regla que Dios nos ha dado por medida, para llegar también hasta vosotros.

Si estás confundido, desubicado y no sabes cómo proseguir, ora: “Señor, dame una visión clara y un corazón íntegro.” ¡Dios responderá esa oración!

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