martes, 15 de noviembre de 2011

UNA CAPSULA DE AMOR:

Ola mi amigo: En estos días de turbulencia financiera y falta de trabajo, es muy fácil preocuparse. Jesús, nuestro amigo fiel, nos conoce mejor que nadie. Él conoce nuestra tendencia a impacientarnos por aquello que no podemos controlar. Por eso Él dijo (y te lo recuerdo en este día): (Mat. 6:25-34) 25Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 30Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

Así que, amigo, pon tus preocupaciones en las manos de Dios, pues él tiene cuidado de ti. (1ª P. 5:6-7) 6Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; 7echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

Recuerda que Jesús les dijo a sus discípulos: (Jn. 14:1) No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. Y más adelante les vuelve a decir: (Jn. 14:27) La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Pablo dice a la iglesia de Filipo y de Colosa: (Fil. 4:6-7): 6Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Col. 3:15) Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. E (Is. 26:3) Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. A pesar de todas las cargas y tribulaciones por las que estaba viviendo, el salmista conocía la paz de Dios en medio de la tormenta: (Sal. 4:8) En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.

Amigo, no dejes que las preocupaciones de esta vida ganen la batalla robándote la preciosa paz que Dios te ha regalado. Recuerda que: (Fil. 4:19) Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Por eso: (Sal. 91:1-2) 1El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. 2Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.

Amigo mío, en este día podemos orar como el salmista: (Sal. 138:7) Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás; Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, Y me salvará tu diestra.

Además, aunque pasemos dificultades no nos desanimemos. Aunque tengamos preocupaciones, no perdamos la calma: (2ª Cor. 4:8-9) 8que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; 9perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos.

(Heb. 10:35-36) Nos invita: 35No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; 36porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.

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