viernes, 21 de septiembre de 2012

GRACIAS POR TU PERDÓN SEÑOR:


HEREDEROS DEL AMOR DE DIOS
 
En la escuela un niño, estaba aprendiendo a leer. La profesora le pregunta: ¿Tavito puedes decirme las vocales?   Y el niño dice: las vocales son cinco, profesora,  y se pronuncian así: A de Amor. E de Elefante. I de iglesia. O de oso. U de uva. Muy bien, ahora que ya sabes las vocales, ¿me puedes decir el abecedario completo? De acuerdo profesora dice Tavito, preocupado y con el temor de no poder responder. A pesar de sus dudas, entusiasmado comienza el desafío de enunciar todas las letras del alfabeto. El abecedario comienza con la A de amor,  después viene…  pasan diez segundos sin que Tavito pueda nombrar la segunda letra del abecedario, La profesora interviene diciendo,  ¿que sigue después de la A de amor?  Tavito piensa repiensa y vuelve a pensar en voz alta,  viene… viene… luego su cara de temor se transforma en una cara de alegría y sonriendo dice: Después de la A de amor vienen todas las demás letras,  seguro que primero está la A de amor y después vienen todas las demás… Esta respuesta inocente del niño, nos deja una gran enseñanza, en el “abecedario espiritual”, primero está la A, es decir que primero está el Amor, después viene lo demás. Primero está el Amor, lo demás viene por añadidura: (1ª Jn. 4:10) En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Así es; primero está el amor, después viene lo demás.  Lo primero es dejar que el Amor de Dios penetre nuestra mente y nuestro corazón, lo primero es permitir que estos  rayos de amor expresados en la cruz lleguen a nuestra vida. Primero está el amor, esta noticia  hace un poco más de 2000 años era importante, tan importante que debía ser enviada con urgencia por medio de cartas, tal es el caso de la Carta a los romanos que describe así el amor de Dios: (Rom. 5:8) Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. No fueron los clavos que  detuvieron a  Cristo aferrado a la Cruz,  fue el amor por nosotros, Fue el amor por los pecadores que sostuvo  a Cristo en la cruz.
Se cuenta de que una carta escrita por el poeta John Keats  a Fanny Brawne, su gran amor en 1820. Se vendió en 138,000 dólares en una subasta (2011). En esta carta el poeta se describe como “un pobre prisionero” que no puede “cantar en una jaula” y es que la tuberculosis le impedía besar a la joven Fanny su enamorada. Se imagina, la enfermedad del poeta le impedía acercarse a su amada, no le parece que esto mismo sucede en la vida espiritual,  la tuberculosis del pecado nos impedía ver a Dios,  nos alejaba de Dios.  Por eso dice la escritura: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su único hijo…” (Jn. 3:16)  Dios envía a Cristo para eliminar y destruir la enfermedad del pecado, para que nosotros tengamos la oportunidad de conocerlo y acercarnos a Él. Dios nos ama con amor eterno: (Jer. 31:3) Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Yo te he amado con amor eterno. Por eso te sigo tratando con bondad. La carta de amor escrita por Cristo, con sangre  en la cruz, ¿cuánto de valor tendrá?, esta es de incalculable valor, pero estimo que mas importante  que el valor de la carta, es que llegue a nuestras manos. No importa la edad que tengas, no importa el tiempo que ha pasado y todavía no hayas recibido la carta de amor Divina.  Lo que cuenta es que “Hoy es el día” en que recibes la carta,  este es el día en que tu puedes recibir “la herencia del amor”  Amor que trasciende todos los limites,  el amor palabra de tan solo cuatro letras, pero que tiene las dimensiones  infinitas de la gracia y misericordia de Dios, El amor  es lo más importante, nunca olvidemos que primero está el Amor, y después viene lo demás…
Oración: Señor después de conocer la carta de amor, carta escrita con sangre, solo tengo palabras de gratitud, emocionado te digo ¡Gracias Señor! Por haber escrito esta carta con tu sangre en la cruz,  Gracias Señor porque tu sangre me demuestra que tú me amas a pesar de mis pecados,  Señor hoy recibo mi carta de amor,  hoy recibo mi herencia del amor,  y comienzo a vivir una vida nueva, después de recibir la herencia del amor,  creo que lo demás vendrá por añadidura. Amen


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