viernes, 21 de septiembre de 2012

NACER DE NUEVO:


DEJE QUE EL NUEVO HOMBRE SE MANIFIESTE
(Rom. 12:1) “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” Cuando usted recibió a Jesucristo como su Señor y Salvador, usted pasó a ser lo que la Biblia llama una “criatura nueva”. Por dentro usted no es la misma persona que antes era. La naturaleza de Dios ha nacido en usted. Pero no es suficiente con que tenga esa nueva naturaleza en su interior, es necesario que la deje tomar control del exterior. No espere a que eso suceda automáticamente. Deberá tomar la decisión de someter su cuerpo a la obediencia del hombre nuevo en su interior y proponerse a hacer lo que (Rom. 6:12) dice: “No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias”. Yo sé que eso es duro, pero recuerde, usted no está solo en esto. Usted tiene a Alguien que le ayudará a estar firme en esa decisión, su nombre es el Espíritu Santo. El está en usted para fortalecerle y darle el poder para sacar el pecado de su vida y ponerlo bajo sus pies. Tome esa decisión firme en cuanto a su cuerpo hoy mismo para que el hombre nuevo que está dentro de usted empiece a manifestarse. Vea lo que nos dice (Rom. 6:12-23): 12No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. 15¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. 16¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? 17Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. 19Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. 20Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. 21¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. 22Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. 23Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

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