viernes, 20 de enero de 2012

CAPSULAS DE AMOR


CREA EN LA PALABRA DE DIOS.
(1ª Jn. 4:16) Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. ¿Qué pasaría su orando le pide a Dios que le instruya en que le va a decir a la gente, de repente viene a su mente el pasaje de arriba. “Diles cuánto les amo” Estas palabras estaban tan llenas de amor y compasión que no hay palabras para poder expresarlas. Hemos leído y oído acerca del amor de Dios, pero en realidad creo que muchos de nosotros no hemos creído en él. Si así fuera, todo cambiaría en nosotros y en lo que nos rodea. Ese amor fue el que llevó a Jesús a dar su vida por nosotros y a sentir los dolores y las debilidades que nosotros sentimos. Ese es el amor que nos dice, aun cuando nos sentimos indignos de él: “Ven a mí y recibe lo que necesites. No te avergüences. Yo he estado ahí. Acércate con confianza al trono de la gracia para que alcances misericordia y encuentres gracia para el oportuno socorro”.
Recuerde que Dios le ama tanto que le ha dado todo lo que tiene: la sanidad, la sabiduría, las riquezas y toda la fuerza que pueda necesitar. “Pero ¿y mi terrible pasado? dirá usted. Pues, para eso está la misericordia de Dios, la cual ha borrado su pasado y ha cubierto todo pecado y error que ha cometido. Lo único que tiene que hacer ahora es creer y recibir su amor. Qué pena que la gente tenga que sufrir a manos de la enfermedad, de los males y de cada cosa maldita sólo porque no pueden creer en el amor que Dios tiene por ellos. No deje que eso le suceda. Aprenda a creer en el amor. Crea en el amor que Dios le tiene, ya ha sido dada en la sangre de Jesús. Crea en el amor, ya ha sido dada en el Nombre de Jesús. Crea en el amor, ya ha sido dada en la Palabra de Dios. Medite en el versículo antes citado y repítaselo todo el día: “Creo en el amor que Jesús tiene para conmigo”. Una vez que penetre su corazón, usted jamás será el mismo.

SI TE GOLPEAN, ¿CUÁL ES TU REACCION?
(Sal. 18:18) Me asaltaron en el día de mi quebranto, Mas Jehová fue mi apoyo. Me encanta la vida de David. Me identifico mucho con sus fracasos, sus dudas, sus problemas y sus angustias. Es notable ver como Dios utiliza a hombres comunes para la gestión en su Reino. No tengo el perfil para derrotar a un Goliat o para ser un rey que unifique y fortalezca a un país. Pero me asemejo mucho a este hombre de Dios en sus dificultades. Mientras leía este salmo intenté imaginar cómo estaba David al momento de escribirlo. Tal vez estaba en una cueva refugiándose de la lluvia, o caminando con su cansado grupo de exiliados con frío y hambre. Tal vez añoraba la comodidad de la cama que compartía con la hija del rey, o los banquetes en el palacio con su amigo Jonatán.
Lo cierto es que la estaba pasando muy mal. Y en medio de su peor momento, le llueve sobre mojado. Otra traducción de “me salieron al encuentro” dice “me quebrantaron”. Algo así como cuando se le quiebra la tibia y el peroné ¡qué dolor! ¿No cree? Todo lo que tenía planteado se viene abajo. David se sentía igual, venía golpeado por los problemas y cuando menos lo esperaba, sufrió una nueva traición. El típico golpe bajo de quien no lo esperas y que duele más que ninguno, porque te falla un amigo, porque te daña uno que era cercano, porque te quiebra alguien en quien confiabas. ¿Te sentiste alguna vez así? Seguramente habrás probado el trago amargo de la traición. Duele mucho y es difícil de digerir. David lo estaba padeciendo. Le pegaban cuando estaba quebrado. Llueve sobre mojado. Pero nos muestra la grandeza de su carácter cuando escribe después de la coma: mi apoyo es Dios. No buscó justicia por mano propia, no esperó una reivindicación pública, ni pretendió una disculpa por internet. Supo buscar ayuda en quien era 100% confiable. Dios fue su apoyo y lo salvó. David sabía que era más débil que sus enemigos, pero con Dios se hizo de la victoria. Si hoy te golpean, ¿Cuál es tu reacción? No busques justicia, busca el apoyo de Dios para estabilizar tus sentimientos. El resto es fácil.
Para golpes y quebraduras: el apoyo de Dios.

PENSAMIENTOS DE LA BIBLIA
(Sal. 119:93) Nunca jamás me olvidaré de tus mandamientos, Porque con ellos me has vivificado. (2º S. 7:28) Ahora pues, Jehová Dios, tú eres Dios, y tus palabras son verdad, y tú has prometido este bien a tu siervo. La verdad no depende del número de los que la reconocen, ni del número de los que la rechazan. ¡La Palabra de Dios es la verdad! (Jn. 17:17) Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Y Jesús es la verdad: (Jn. 14:6) Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Ni el poder de Satanás ni la insensatez de los hombres podrán impedir que Dios cumpla sus promesas. Los evangelios no nos cuentan la historia de Jesús solamente para transmitirnos hechos interesantes, sino como una buena noticia capaz de transformar nuestra vida.
(Jn. 1:17) Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. La gracia empieza por abrir el camino a la verdad que saca a la luz el triste estado del hombre. Sin la gracia éste huiría de la presencia de Dios. Las necesidades del hombre jamás agotarán los recursos de la gracia de Dios. El mismo sol endurece la arcilla y derrite la cera. Del mismo modo el mensaje del Evangelio endurece el corazón de los orgullosos y ablanda el corazón de los humildes. Amén.

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