Hola hermano(a) amigo(a): Quiero
compartir contigo una palabra que quedó en mi corazón y espero que sea de
bendición para ti. (Prov. 3:23) dice: "Por sobre todas las cosas
cuida tu corazón, porque de él mana la vida". (N. V. I.) En la versión
(N. T. V. dice: "Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque
éste determina el rumbo de tu vida". En la Biblia la palabra
"corazón" aparece relacionada no solo con los sentimientos sino
también con el intelecto y la voluntad. Esto lo puedes comprobar buscando en
una concordancia la palabra corazón y leyendo cada versículo en el que aparece
la palabra. Por lo tanto, cuando Dios nos dice que cuidemos nuestro corazón,
nos está diciendo que cuidemos nuestros sentimientos, nuestros pensamientos y
que tengamos cuidado al tomar decisiones.
Pero, ¿Cómo tomo buenas
decisiones? Jesús dijo: "amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Éste es
el principal mandamiento". (Marc. 12:30) El secreto para tomar buenas
decisiones y que las promesas de Dios se cumplan en tu vida es justamente este:
Amar a Dios con todo lo que Él demanda. David sabía muy bien lo que Dios
quería, él escribió: "Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no
quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al
corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios". (Sal.
51:16.18)
Hermano(a) Amigo(a). Dios te dice: "Los
rociaré con agua pura, y quedarán purificados. Los limpiaré de todas sus
impurezas e idolatrías. Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un
espíritu nuevo". (Ez. 36:25)
"Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad y cuyo
nombre es el Santo: «Yo habito en la altura y la santidad, pero habito
también con el quebrantado y humilde de espíritu, para reavivar el espíritu de
los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados". (Is. 57:15) "Cercano está
Jehová a los quebrantados de corazón y salva a los contritos de espíritu".
(Sal. 34:18) "Él sana a los quebrantados de corazón y venda sus
heridas". (Sal. 147:3)
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