¿MANCHADO POR
EL PECADO O LAVADO EN LA SANGRE?
(Heb. 10:16-17) 16Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el
Señor: Pondré mis leyes en sus
corazones, Y en sus mentes las
escribiré, 17añade: Y
nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. La Biblia nos
dice que bajo la ley levítica, un animal tenía que ser ofrecido cada año para
expiar los pecados del pueblo. La palabra expiar significa “borrar las
culpas”, y aparece muchas veces en el A. T. Pero quiero
contarle algo emocionante: esa palabra no aparece en el N. T. La palabra griega
que se usa para describir lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz es una
palabra diferente. Su significado va más allá de “borrar las
culpas”, significa
también perdonar y olvidarse completamente de algo. ¿Sabe usted qué quiere
decir eso? Significa que el pecado ya dejó de ser un problema: ¡Jesús lo
solucionó! Cuando usted lo recibió como su Señor, Él no sólo
borró sus pecados, sino que lo reconcilió con Dios e hizo de usted una criatura
nueva, por el Espíritu de Dios, como si el pecado nunca hubiera existido.
Pero si usted es
como la mayoría de creyentes, entonces no ha llegado a conocer esa maravillosa
verdad. Usted está atrapado en lo que yo llamo conciencia de pecado, es decir,
sigue viéndose a sí mismo manchado por el pecado en vez de lavado en la sangre.
“Bueno,
después de todo, hermano, sólo soy un pecador que ha sido salvo por gracia”. No,
ya no lo es. Usted era pecador, pero la gracia le transformó para siempre en la
misma justicia de Dios. Ahora usted es hechura de Dios, creado en Cristo Jesús.
En lo que a Dios se refiere, su vida pasada ya no existe, murió en la cruz.
Medite constantemente en esa verdad hasta que invada su conciencia y usted
pueda hacer una realidad la libertad con que Cristo le hizo libre del pecado. Reciba
la justicia que solamente el Cordero de Dios puede darle.
¡HAY DE LOS AÑOS
MOSOS!
(Sal. 71:18, 21) 18Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me
desampares, Hasta que
anuncie tu poder a la posteridad, Y
tu potencia a todos los que han de venir, 21Aumentarás mi
grandeza, Y volverás a
consolarme. “aun en la vejez, aumentarás mi grandeza y volverás a
consolarme” ¿Cuándo empiezan los años dorados? ¿Con las primeras canas? ¿Cuando
alguien te dice que le recuerdas a su padre en lugar de a su hermano? Si
todavía puedes dormir, sueña; si puedes trabajar, haz planes. Embárcate en nuevos proyectos, haz
nuevos amigos, aprende nuevas destrezas, atrévete con un nuevo ministerio, haz
un pequeño viaje misionero, participa como voluntario en una buena causa. Tus
años dorados deben ser invertidos, no desperdiciados. Para Dios no existe la “brecha generacional”. “Entonces la virgen
danzará alegremente, junto con los jóvenes y los viejos” (Jer. 31:13) Entonces la
virgen se alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos juntamente; y cambiaré
su lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor.
Dijo el salmista: “Aún en la vejez, Aumentarás mi grandeza y
volverás a consolarme” (arriba). Se dice que los jóvenes no están
interesados en los mayores. ¡Es mentira! Los jóvenes buscan a personas con
sabiduría y experiencia. Confían en ellos para consejo y guía; y tú puedes ser
tal persona. No seas como aquel viejo que decía: “Es fácil saber cuándo se ha perdido la juventud
porque el lema que tenías de “levántate y vete” se ha levantado y se ha ido” Pues bien, sigue tras él y atrápalo de
nuevo. Caleb subió montañas y mató gigantes siendo ya muy mayor. ¡Y el Dios de Caleb es
también tu Dios! Con ciento veinte años, los ojos de Moisés no se habían
oscurecido ni su vigor había disminuido. (Deut. 34:7) Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió;
sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor. ¡El Dios de Moisés es tu Dios! Con setenta años el apóstol Pablo
anunció: “Estoy dispuesto a ir a
Roma para anunciaros el evangelio de Dios” (Rom. 1:15) Así que, en
cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que
estáis en Roma. ¡El mismo Dios de Pablo es
tu Dios! Mantén la antorcha encendida y luego pásala al
siguiente corredor antes de partir.
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