domingo, 18 de diciembre de 2011


EL ENVEJECER DEL HOMBRE
(2ª Cor. 4:16) dice: Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Te das cuenta de que te estás haciendo mayor cuando te sucede lo siguiente: tus rodillas se tuercen; no te puedes abrochar el cinturón; discutes sobre cuál es el mejor adhesivo para la dentadura postiza; te sientas en una mecedora y no consigues mecerte; cuando apagas la última vela de tu pastel de cumpleaños y la primera ya se ha extinguido; cuando no encuentras muy graciosos los chistes de “hacerse viejo”
Envejecer no es para los débiles, por eso la Biblia nos da ejemplos de lo que la edad mayor conlleva. Isaac se quedó ciego (Gén. 27:1) Aconteció que cuando Isaac envejeció, y sus ojos se oscurecieron quedando sin vista, llamó a Esaú su hijo mayor, y le dijo: Hijo mío. Y él respondió: Heme aquí.  
David no entraba en calor (1º R. 1:1-4) 1Cuando el rey David era viejo y avanzado en días, le cubrían de ropas, pero no se calentaba. 2Le dijeron, por tanto, sus siervos: Busquen para mi señor el rey una joven virgen, para que esté delante del rey y lo abrigue, y duerma a su lado, y entrará en calor mi señor el rey. 3Y buscaron una joven hermosa por toda la tierra de Israel, y hallaron a Abisag sunamita, y la trajeron al rey. 4Y la joven era hermosa; y ella abrigaba al rey, y le servía; pero el rey nunca la conoció.
Pablo se refiere a sí mismo como “Pablo, ya anciano” (Filemón 9) más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo. Y habló de los achaques físicos y emocionales de ser viejo, sentimientos de abandono y soledad, decepción con algunos de sus colaboradores, despedidas a amigos a quien tal vez no volvería a ver (2ª Tim. 4:9-21) 9Procura venir pronto a verme, 10porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia. 11Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio. 12A Tíquico lo envié a Efeso. 13Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos. 14Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos. 15Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras. 16En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. 17Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león. 18Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén. 19Saluda a Prisca y a Aquila, y a la casa de Onesíforo. 20Erasto se quedó en Corinto, y a Trófimo dejé en Mileto enfermo. 21Procura venir antes del invierno. Eubulo te saluda, y Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos. 22El Señor Jesucristo esté con tu espíritu. La gracia sea con vosotros. Amén.
La hermana mayor: “En el último cumpleaños de su hermano, le envió este mensaje: “Tengo malas noticias” “Nuestro hombre exterior se va desgastando”  Luego añadió: “Pero también tengo buenas noticias”: “No desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día” Si te crujen los huesos, tienes artritis en las manos, no ves bien, caminas despacio, eres duro de oído y tu corazón late al ritmo del colesterol, ¡anímate! Dios está preparando una celebración para el día en que llegues al Cielo, donde nunca envejecerás, porque en ese lugar no existen las edades.”

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