EL CRISTIANISMO NO ES VIRTUAL ES PRESENCIAL
En la actualidad, debido a los grandes avances
tecnológicos, las relaciones han tomado una marcada tendencia hacia lo virtual. Amigos
y contactos del Facebook, celulares con Internet, video conferencias, tiendas
en línea, mensajes, PIN, correos electrónicos, educación a distancia, redes
sociales, etc. Hoy en día, el contacto físico no es muy necesario a la
hora de compartir y estrechar lazos. El hombre por el deseo de relacionarse
cada vez más, ha invertido importantes recursos para lograrlo. Por un lado se
han obtenido resultados positivos al acercarnos a personas que nunca hubiéramos
conocido en otra época. Por otro lado nos hemos vuelto más distantes,
superficiales y hasta introvertidos con respecto a nuestras relaciones más
significativas, inclusive la más importante ha sufrido un golpe evidente. Después
de tantos adelantos para acortar distancias, nos hemos alejado de Dios. El cielo
también invirtió lo mejor que tenía para relacionarse con nosotros. Dios no se
conformó con una comunicación virtual, tomó forma de hombre para acercarse a su
creación: (Fil. 2:7) “sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de
siervo, hecho semejante a los hombres” Y (Mat. 1:23) dice: “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre
Emanuel, que traducido es “Dios con nosotros”
(Jn. 5:39) Escudriñad las
Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y
ellas son las que dan testimonio de mí.
Jesucristo siendo Dios, se despojó de todos sus
beneficios y renunció a sus comodidades para venir a relacionarse con nosotros.
Había una comunicación rota y él vino para restablecerla. “Dios con
nosotros” derrumba ese pensamiento de “Dios contra nosotros”. “Dios con
nosotros” desde la tierra y ya no Dios desde su altísimo trono alejado de
la contaminación humana. “Dios con nosotros” es la máxima persona del
universo dando el primer paso para reanudar la conversación con sus hijos, los
cuales fueron los que fallaron y no Él. “Dios con nosotros” construyendo
el camino para que sea “Dios conmigo” Un solo detalle, nadie puede llegar a ese “Dios
conmigo” a través de intermediarios, debo estar presente en la plática.
Hay que olvidarse de lo virtual para enfocarse en lo presencial, cuando a
comunicarse con Dios se refiere. Nadie podrá buscar al Señor por mí, sino yo
mismo. Lo exclusivo de estar a solas con Dios, es experiencia única, que para
poder vivirla se necesita que tú estés presente. Él dio el primer paso, tú
debes dar el siguiente. Y si pasamos tiempo virtual diariamente, por qué no
invertir también tiempo presencial a diario con Dios, que nos asegura la
eternidad desde ahora y para siempre.
EL CAMBIO DE
SACERDOCIO Y LA LEY
(Heb. 7:12) Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que
haya también cambio de ley. Los inicios de la iglesia, fueron
complicados para los judíos. Ellos se habían acostumbrado a vivir bajo la
normativa de la “Ley de Moisés” y durante años habían repetido esa
costumbre. Suponer que una regla de Dios podía ser derogada y cambiada por otra
era un concepto difícil de aceptar. Por eso hubo tanta resistencia al ingreso
de gentiles en la Iglesia. Si ellos no eran bien recibidos en el
judaísmo, excepto que modifiquen sus conductas y hábitos, sería lógico pensar
que tampoco podrían ser bien recibidos en la Iglesia, si trajeran semejantes
costumbre. Por eso el autor de la carta es tan pragmático. Dios cambió al
sacerdote humano que debía sacrificar holocaustos por sus pecados antes que
ofrecer por el pueblo, por un Sacerdote perfecto que se sacrificó a sí mismo,
por no tener pecado, por las faltas de todos. Por eso pudo cambiar la rigurosa
Ley, por la amplitud de la Gracia. El cambio de sacerdote, motivó a un cambio
en la ley. Pero a aquellos primeros cristianos les costaba aceptarlo. Pasaron
más de dos mil años, y después de tantas revoluciones, renovaciones y
movimientos, hoy estamos en una situación muy similar.
Nos
acostumbramos a las reglas religiosas, nos acomodamos al ritualismo de cada
iglesia y nos cuesta cambiar. Nos conformamos, nos estandarizamos. Algunos
intentan generar cambios porque se resisten al sistema, pero sin el profundo
temor de Dios para convertir ese deseo en un objetivo divino. Nos manejamos con
caprichos humanos, con deseos propios, con ideas nuestras, pero nos olvidamos
que fue Dios quien generó el más profundo y radical cambio en sus normas. Y que
desea mantener esa misma frescura en nuestra alma cada día. Cuántas veces la
falta de fe, el temor y la inseguridad,
el estar atado a lo seguro, priva de conseguir nuevos éxitos, hace renunciar a
los cambios y a los sueños, negar los anhelos y las metas. Cuántas veces lo que
se tiene fácilmente al alcance impide crecer, haciendo que la seguridad se
convierta en mediocridad, fracaso y monotonía. Perseverando todo puede
lograrse. Las personas perseverantes y con temor de Dios inician su éxito donde
otras acaban por fracasar. Ningún camino es demasiado para un ser humano que
avanza decidido y sin prisa, teniendo claros sus objetivos y sometiéndolos a la
Voluntad de Dios. Recuerda: Cambiar
tu alma para Dios.
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