jueves, 8 de marzo de 2012

GRACIAS SEÑOR, POR TU GRACIA:


DIEZ RAZONES POR LAS CUALES SOY PRESBITERIANO
1º.- Solamente al Dios Trino Soberano damos toda la gloria, “Soli Deo Gloria” Y vivimos bajo su providencia, dedicamos nuestros talentos y dones con buena mayordomía en todos nuestros negocios de la vida. Reconocemos su Soberanía sobre todas las cosas.
2º.- Jesucristo es la Cabeza de la Iglesia. No es algún hombre o mujer especial. “Soli Christus” que es el Salvador, Mediador del Nuevo Pacto y Señor. Nosotros somos los miembros de su cuerpo, (la iglesia).
3º.- La Palabra de Dios es la única regla de fe y conducta. No atendemos a ninguna revelación particular o sabiduría humana para nuestra dirección. “Sola Scriptura” que es la revelación especial de Dios, que contiene la fuente de la verdad acerca de la Divinidad y su voluntad.
4º.- Vivimos en el Nuevo Pacto llamado Pacto de Gracia. “Sola Gratia”. La salvación es completa (elección, llamado, justificación, glorificación) y es un regalo del Señor que no es basado en el mérito humano. Predicamos con nuestra vida, conducta y palabra, el mensaje de la cruz. Así, tenemos el compromiso de evangelismo local y de las misiones.
5º.- Conocemos la verdad que sin fe es imposible agradar a Dios. “Sola Fide”. La fe es certeza y convicción que entra en el descanso (sábado) de Dios. No vivimos preocupados y ansiosos por la vida, así presentamos a Dios a través de la oración nuestras peticiones.
Abadía de Westminster
6º.- Somos una iglesia histórica y Reformada que tenemos como símbolos de fe, que son la expresión de las Sagradas Escrituras, la Confesión de fe y los Catecismos mayor y menor de Westminster del siglo XVI.
7º.- Reconocemos que la organización bíblica es el gobierno de presbíteros, elegidos por el pueblo de Dios para la administración de la iglesia. Que los oficios bíblicos genuinos son: Ministro (presbítero docente), presbítero regente y diáconos.
 
8º.- Entendemos que hay solamente dos Sacramentos, que son señales y sellos del Pacto de la Gracia y son: El Bautismo por aspersión y la Santa Cena, que son administrados de manera reverente y verdadera.
9º.- Nuestro culto es nuestra propia vida en adoración diaria al Señor y cuando nos reunimos en ceremonia pública con todos los hermanos juntos en comunión, expresamos la honra y gloria a Dios con una liturgia bíblica.
10º.- Consagramos con mucha fidelidad y compromiso nuestros diezmos a la casa del Señor y con mayor alegría, impulsados por generosidad, entregamos nuestras ofrendas voluntarias.

Ser presbiteriano es aceptar un sistema de gobierno representativo fundamentado en la Palabra de Dios que ordena una estructura eclesiástica. Tomando de la Biblia el modelo apostólico de elegir ancianos gobernantes de entre sus propios miembros. (Hechos 14:23, 1 Tim. 4:14, etc.). En la forma de gobierno, los presbiterianos sólo aceptamos a Jesucristo como cabeza y jefe de la Iglesia, Él es la máxima autoridad. Los presbiterianos entendemos que nuestra misión es la proclamación del evangelio. La forma de proclamar este evangelio se realiza tomando en cuenta la tradición histórica reformada, tal cual se presenta en las Sagradas Escrituras y expresadas en las respectivas confesiones de fe que la Iglesia a adoptado a lo largo de la historia. El presbiterianismo tiene un sólido fundamento bíblico. El grupo de creencias que los presbiterianos llamamos "creencias esenciales" forman el núcleo que nos une bajo un mismo techo a los que hemos sido llamados a este camino:1.- Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios y que fue escrita bajo inspiración del Espíritu Santo.2.- Dios se reveló a la historia en toda su plenitud en la persona de su hijo, Jesucristo.3.- En su absoluta soberanía, Dios elige la forma en que se nos revela.4.- Dios estableció pactos ya sea en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, para demostrar su amor hacia nosotros.5.- Dios, libre y soberanamente se comprometió con nosotros, sin merecerlo. Este compromiso es eterno, desde antes de la fundación del mundo, para que fuésemos salvos en la persona de Jesucristo.6.- No existe ninguna cosa que podamos hacer o dejar de hacer para ganar esta elección divina.7.- Las personas llamadas por Dios, no pueden perder jamás la salvación, porque sus decretos son irrevocables.8.- Dios nos llama a nosotros y a nuestros hijos a formar parte de este pacto.9.- Dios nos invita a formar parte de su Iglesia para que con los sacramentos de la Cena y el Bautismo renovemos este pacto.10.- En la Iglesia nos reúne para recordar este pacto y su absoluta gloria. ¿Por qué pues, somos Presbiterianos? Somos Presbiterianos porque confiamos en un Dios que nos ha escogido en Jesucristo para salvación y nos adoptado para formar parte de la familia del pacto. Por esta razón nosotros le servimos a través de una iglesia que reconoce una estructura eclesiástica donde todos tenemos los mismos derechos y podemos responder en libertad al compromiso de servir a Jesucristo. Podemos concluir entonces que somos presbiterianos: Por la gracia y soberanía de Dios, que me llamó de las tinieblas a su luz admirable, en Cristo Jesús.


LA GRACIA SOBERANA
El calvinismo enfatiza en la depravación de la naturaleza moral humana hacia la necesidad de la gracia soberana de Dios en la salvación. La Biblia (Rom. 3:10-12) 10Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. 12Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Aquí enseña que las personas son completamente incapaces de seguir a Dios o escapar de la condenación delante de Él y que solamente por intervención divina drástica, en la cual Dios, cambiando la naturaleza misma del creyente (nuevo nacimiento), quitando el corazón de piedra y poniendo uno de carne, pueden las personas ser convertidas de rebelión a obediencia voluntaria. Desde este punto de vista, todas las personas dependen enteramente de la misericordia de Dios, a quien le sería justo el condenarlos a todos por sus pecados, mas ha escogido ser misericordioso con muchos para dar gloria a su propio nombre. Una persona es salvada mientras que otra es condenada, no por causa de la voluntad, fe o alguna otra virtud en la persona, sino por causa de la elección soberana de Dios para tener misericordia de él. Aunque la persona debe actuar para creer y ser salvo, esta obediencia de fe es el regalo de Dios según el calvinismo, y por esto Dios completa la salvación de pecadores.
"La Vida es Religión": El sistema teológico y las teorías prácticas de la iglesia, familia y vida política, todas (ambiguamente) llamadas "calvinismo," son el crecimiento de una conciencia religiosa fundamental que está centrada en la soberanía de Dios. En principio, la doctrina de Dios tiene un lugar preeminente en cada categoría teológica, incluyendo el entendimiento calvinista de cómo una persona debe vivir. El calvinismo presupone que la bondad y el poder de Dios tienen un libre e ilimitado alcance de actividad, y eso trabaja como una convicción de que Dios está obrando en todos los aspectos de existencia, incluyendo los aspectos espirituales, físicos e intelectuales, ya sea secular o sagrado, público o privado, en la tierra o en el cielo. Según este punto de vista, el plan de Dios se trabaja en cada evento. Dios es visto como el creador, preservador y gobernador de todo. Esto produce una actitud de dependencia absoluta de Dios, la cual no se identifica solamente con actos temporales de piedad (por ejemplo, la oración); sino que es un amplio patrón de vida que, en principio, se aplica tanto a cada obra trivial como a tomar la comunión. Para el cristiano calvinista, toda la vida es religión cristiana. Al calvinismo también se le atribuye una doctrina basada en la radicalización del luteranismo, impuesto en el siglo XVI.
Los Cinco Puntos del Calvinismo: La teología calvinista es identificada en la mente popular como los "cinco puntos del calvinismo" que son un resumen de los juicios (o cánones) presentados por el Sínodo de Dort y que fueron publicados como una respuesta detallada (punto por punto) a los cinco puntos de la Protesta Arminiana. Calvino mismo nunca usó tal modelo, y nunca combatió el Arminianismo directamente. Estos puntos, pues, funcionan como un resumen de las diferencias entre el Calvinismo y el Arminianismo, pero no como una suma completa de los escritos de Calvino o de la teología de las iglesias reformadas en general. La aserción central de estos cánones es que Dios es capaz de salvar a cada persona por quien Él tenga misericordia y que sus esfuerzos no son frustrados por la injusticia o la inhabilidad del hombre.
LOS CINCO PUNTOS DEL CALVINISMO SON:
Depravación Total: Debemos empezar con algo que debe ser fundamental en el asunto de la salvación, y esto es, una evaluación correcta de la condición del individuo que se debe salvar. Si tenemos vistas deficientes y ligeras sobre el pecado, entonces somos propensos a tener vistas defectuosas para la salvación del pecador. A la luz de las Escrituras el estado natural del hombre es un estado de depravación total y por consiguiente, una inhabilidad total de parte del hombre para ganar, o contribuir, a su salvación. El catecismo de Heidelberg en su pregunta 8 nos dice: ¿Estamos tan corrompidos que somos totalmente incapaces de hacer el bien e inclinados a todo mal? Respuesta: Ciertamente, si no hemos sido regenerados por el Espíritu de Dios: (Gén. 8:21) Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho. (Gén. 6:5) Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. (Job 14:4) ¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie. (Job 15:14, 16, 35) 14¿Qué cosa es el hombre para que sea limpio, Y para que se justifique el nacido de mujer? 16¿Cuánto menos el hombre abominable y vil, Que bebe la iniquidad como agua? 35Concibieron dolor, dieron a luz iniquidad, Y en sus entrañas traman engaño. (Jn. 3:6) Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. (Is. 53:6) Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. (Jn. 3:3, 5) 3Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 5Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. (1ª Cor. 12:3) Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.  (2ª Cor. 3:5) no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios. Cuando se habla de depravación total, sin embargo no se refieren a que cada hombre es tan malvado como pueda ser, ni a que el hombre sea incapaz de reconocer la voluntad de Dios; ni tampoco a que sea incapaz de hacer algún bien hacia su prójimo o aun dar lealtad externa a la adoración de Dios. Lo que sí se quiere decir es que cuando el hombre cayó en el Huerto del Edén cayó en su ‘totalidad’. La personalidad completa del hombre ha sido afectada por la caída, y el pecado se extiende al completo de las facultades, la voluntad, el entendimiento, el afecto y todo lo demás. Creemos que esto es irrefutablemente enseñado por la Palabra de Dios a la cual ahora nos referimos. La Biblia enseña con absoluta claridad que el hombre, por naturaleza, está “muerto”: (Rom. 5:12) dice: Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Otra versión dice: “Así que, como por un hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte por el pecado; y así la muerte paso a todos los hombres, porque todos han pecado”. Nos enseña que los hombres están “esclavizados”: (2ª Tim. 2:25-26) 25que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, 26y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él. Nos enseña que el hombre esta “ciego, y sordo”: (Mar. 4:11-12) 11Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; 12para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados. Nos enseña que “no estamos instruidos”: (1ª Cor. 2:14) Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. La Biblia habla de nosotros que somos “pecaminosos por naturaleza”: 1º.- Por Nacimiento: (Sal. 51:5) “He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre” 2º.- Por Practica: (Gén. 6:5) Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Esto es el estado natural del hombre. Entonces debemos preguntar; ¿pueden los muertos darse vida a sí mismos? ¿Pueden los ciegos darse vista a sí mismos, o los sordos darse el oído? ¿Puede el no instruido enseñarse a leer a sí mismo? ¿Puede el naturalmente pecaminoso cambiarse a sí mismo? ¡Seguro que no! “¿Quién puede sacar algo limpio de lo impuro?” pregunta Job; y contesta, “Nadie” (Job 14:4). “¿Mudará el negro su pellejo, y el leopardo sus manchas?” (Jer. 13:23). La depravación llega a tal punto que siendo ofrecida la salvación a todos, todas las personas la rechazan, prefiriendo estar en sus pecados, por eso la Biblia enfatiza: (Jn. 3:19) Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Elección Incondicional: Nuestra actitud hacia la depravación total como una declaración Bíblica de la condición natural del hombre determinará nuestra actitud hacia el siguiente punto. La doctrina de elección incondicional sigue naturalmente a la doctrina de depravación completa. Si el hombre en verdad está muerto, prisionero, y ciego etc., entonces el remedio para todas estas condiciones debe descansar fuera del hombre mismo (Esto es, en Dios) ¿puede el muerto levantarse a sí mismo?, la respuesta inevitablemente debe ser: “por supuesto que no”. Sin embargo hombres y mujeres son levantados de su muerte espiritual “nacidos de nuevo” como lo proclama el evangelio según San Juan; y como son incapaces de llevar a cabo esta obra por ellos mismos, entonces tenemos que concluir que es Dios quien los levantó. Por otro lado, como muchos hombres y mujeres no han sido vivificados, tenemos igualmente que concluir que eso es porque Dios no los ha levantado. Si el hombre es incapaz de salvarse a sí mismo, siendo la caída de Adán una caída total, y si sólo Dios puede salvar, y si no todos son salvos, entonces la conclusión debe ser que Dios no ha escogido salvar a todos. El tema es tan vasto como el océano mismo; pero no podemos hacer más que citar sólo unos pocos versículos claves que actúan como mapas y compás a través de estos poderosos mares. La historia de la Biblia es la historia de elección incondicional. Es extraño que los que se oponen a esta doctrina fallan en reconocer esto. Algunos creyentes tienen dificultad en creer que Dios pueda pasar a algunos y escoger a otros, y sin embargo no parecen tener dificultad en creer que Dios llamó a Abraham de la pagana Ur de los Caldeos y dejó a los otros en su paganismo. ¿Por qué debería Dios escoger a la nación de Israel como Su “gente peculiar”? No hay necesidad de especular, porque (Deut. 7:7-8) 7No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; 8sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto. ¿Por qué debería Dios, desatendiendo completamente las leyes familiares de Israel, escoger al hijo menor Jacob, en lugar de Esaú el mayor? “Para que el propósito de Dios se cumpla conforme a la elección” (Rom. 9:11-13) 11(pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama), 12se le dijo: El mayor servirá al menor. 13Como está escrito: A Jacob amé, más a Esaú aborrecí. ¿Cuál era la doctrina que Jesús predicó en la sinagoga en Nazaret sino la doctrina de elección incondicional? (Luc. 4:25-27) 25Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra; 26pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón. 27Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio. ¿Cuál fue el resultados de la predicación de nuestro Señor de ese mensaje? (Luc. 4:28-30) 28Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira; 29y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle. 30Mas él pasó por en medio de ellos, y se fue. La falta de espacio impide un relato completo de la elección soberana de Dios de Su pueblo; pero la verdad es clara: (Jn. 15:16) No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. (Jn. 6:37) Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. (Jn. 17:6, 9) 6He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. 9Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son. (Rom. 9:21) ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? (Rom. 9:15) Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. (Ef. 1:4-5) 4según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad. Hay mucho más, pero con esto nos quedamos.
Expiación Limitada: Este tercer punto no solamente nos trae al punto central de los cinco, sino también a la verdad central del evangelio, esto es, al propósito de la muerte de Cristo en la cruz. Esto no es accidental. Tenemos la enseñanza de la Biblia que ha puesto al hombre debajo del título general de depravación total, o inhabilidad total. Segundo, como algunos hombres y mujeres son indudablemente salvos, entonces tiene que haber sido Dios mismo quien los salvó en distinción del resto de la humanidad. Esto es elección: (Rom. 9:11) (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama). Sin embargo, esta elección sólo “marcó la casa, a la cual la salvación debe viajar”, y una expiación completa, perfecta y satisfactoria todavía era requerida para los pecados de los elegidos, para que Dios fuera, no solamente un Salvador, sino un Dios justo, y un Salvador”. Esta expiación, como todos confesamos, fue realizada por la sumisión voluntaria de Cristo a la muerte en la cruz donde sufrió bajo la justicia de este Dios justo, y procuró la salvación que Él como Salvador había ordenado. En la cruz, entonces, y sin duda todos aceptamos esto, Cristo soportó el castigo, y procuró la salvación. La pregunta ahora se levanta: ¿por quién soportó el castigo?, y ¿para quién procuró la salvación? Hay tres avenidas por las cuales podemos viajar respecto a esto: 1º.- Cristo murió para salvar a todo hombre, sin distinción. 2º.- Cristo murió para salvar a nadie en particular. – 3º.- Cristo murió para salvar a cierto número. El primer punto de vista es el sostenido por “Universalistas” a saber: Cristo murió para salvar a todos los hombres, y así, muy lógicamente, asumen que todos los hombres serán salvos. Si Cristo ha pagado la deuda del pecado, ha salvado, rescatado, dado Su vida por todos los hombres, entonces todos los hombres serán salvos. El segundo punto de vista implica que Cristo procuro una salvación potencial para todos los hombres. Cristo murió en la cruz, pero aunque pagó la deuda de nuestros pecados, su obra en la cruz no es eficaz hasta que el hombre se “decida por” Cristo y así de ese modo sea salvo. El tercer punto de vista dice que Cristo murió positiva y efectivamente para salvar a cierto número de pecadores que merecían el infierno, en quienes El Padre había puesto su libre elegible amor. El Hijo paga la deuda por estos elegidos, hace satisfacción por ellos a la justicia del Padre, e imputa Su propia justicia a ellos para que sean completos en Él. ¿Cuál de esas alternativas es la que está más de acuerdo a la Biblia?, la respuesta es la tercera, Cristo murió para salvar a un número particular de pecadores; esto es, aquellos: (Ef. 1:4) según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él. Aquellos a quien el Padre “Le ha dado del mundo: (Jn. 17:9) Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son. Aquellos por quien Él mismo dijo derramaba su sangré: (Mat. 26:28) porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Esta última vista hace justicia al propósito de Cristo de venir a esta tierra a morir en la cruz. (Mat. 1:21) Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS,[a] porque él salvará a su pueblo de sus pecados.  (Jn. 10:11) Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. (Jn. 15:13-14) 13Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. 14Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Jesús “amó a la Iglesia y se entrego a sí mismo por ella” (Ef. 5:25) Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella. “El cual fue entregado por nuestros delitos, y resucitado para nuestra justificación: (Rom. 4:25) el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.  “Con su conocimiento justificara mi siervo justo a muchos, y Él llevara la iniquidad de ellos (Is. 53:11) Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. Y, ¿cuándo efectúa esto?, mientras cuelga en la cruz, dice el profeta Isaías en ese grandioso capítulo 53 de su profecía, “del trabajo de su alma vera y será saciado”. El trabajo de su alma mientras derrama su alma en ofrenda por nuestros pecados produce hijos espirituales a la gloria de su Nombre, y será satisfecho cuando vea esta obra completada.
Gracia Irresistible: Si los hombres son incapaces de salvarse a sí mismos a causa de su naturaleza caída, y si Dios ha propuesto salvarlos, y Cristo ha realizado su Salvación, entonces lógicamente sigue que Dios también debe proveer los medios para llamarlos a los beneficios de esa salvación que Él ha procurado para ellos: (Rom. 8:30) Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. “Y los que predestinó a éstos también llamó”. Dios no solamente eligió hombres y mujeres para salvación; Él también llamó a esos a quien le plació elegir. ¿Qué quiere decir gracia irresistible? Sabemos que cuando el evangelio sale fuera en una Iglesia, o al aire libre, o por medio de leer la Palabra de Dios, no todos atienden a esa llamada. No todos son convencidos del pecado y de su necesidad de Cristo. Esto explica el hecho de que hay dos llamamientos. Hay un llamamiento externo; y un llamamiento interno. El llamamiento externo puede ser descrito como “palabras del predicador”; y este llamamiento, cuando sale, puede obrar un resultado de diferentes formas, en un número de diferentes; no obrará la salvación en el alma de un pecador. Porque una obra de salvación para ser labrada debe ser acompañado por el llamamiento interior del Espíritu Santo de Dios. Porque Él es quien, “redarguye de pecado, justicia y juicio”. Y cuando el Espíritu Santo llama a un hombre, o mujer, o una persona joven por su gracia, ese llamamiento es irresistible: no puede ser frustrado; es la manifestación de la gracia irresistible de Dios. Esto es probado una y otra vez, en la Palabra de Dios, como por ejemplo en los siguientes pasajes: 1º.- (Jn. 6:37) Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.  Nótese que son aquellos a quien El Padre ha dado a Cristo “los elegidos” que “vendrán” a él; y cuando vienen a Él no serán “rechazados”. 2º.- (Jn. 6:44) Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. Aquí nuestro Señor simplemente está diciendo que es imposible que los hombres vengan a Él por ellos mismos; el Padre los debe traer. 3º.- (Jn. 6:45) Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí. El hombre puede oír el llamamiento externo; pero son esos los que han “aprendido del Padre” que responderán y vendrán a Cristo: Así que, con Simón Pedro: “Bienaventurado eres Simón hijo de Jonás, porque no te lo reveló sangre ni carne sino mi Padre que está en el Cielo”. 4º.- (Rom. 8:14) Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.  5º.- (Gál. 1:15) Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia. 6º.- (1ª P. 2:9) Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;  7º.- (1ª P 5:10) Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. Una sobresaliente ilustración de esta enseñanza de gracia irresistible, o llamamiento eficaz, es ciertamente el incidente que leemos en Hechos 16, El apóstol Pablo predica el evangelio a un grupo de mujeres a las orillas del rio en Filipo; y “una cierta mujer llamada Lidia estaba oyendo; cuyo corazón abrió el Señor para que estuviese atenta a lo que Pablo decía.” Pablo, el predicador, habló al oído de Lidia, el llamamiento externo; pero el Señor habló al corazón de Lidia, el llamamiento interno de gracia irresistible. Los hombres y mujeres se resisten al evangelio de Dios por su misma naturaleza. Por eso debe haber una gracia irresistible. Ya que (1ª Cor 2:14) Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.  “El hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios”. Pero el llamamiento eficaz es santo: (2ª Tim. 1:9) quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos. “Que nos salvó y llamó con vocación santa” Es, Todopoderoso: (Rom. 1:16) Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.  Es vivificante: (Jn. 5:25) De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.  Es efectivo: (1ª Tes. 1:5) pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros. Es irresistible: (Rom. 8:27) Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.  
Perseverancia de los Santos: Permítanme decir que esto es exactamente lo que la Escritura nos enseña: (Rom. 8:29-39) 29Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. 31¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? 33¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 35¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 37Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Si el hombre no se puede salvar a sí mismo, entonces, Dios tiene que salvarlo. Si todos no son salvos, entonces Dios no ha salvado a todos. Si Cristo ha hecho satisfacción por los pecados, entonces es por los pecados de aquellos que son salvos. Si Dios intenta revelar esta salvación en Cristo a los corazones de esos a quien él escogió salvar, entonces, Dios proveerá el medio de hacerlo efectivamente. Si, por consiguiente, habiendo ordenado para salvar, murió para salvar, y llamó a la salvación a esos quienes nunca podrían salvarse a sí mismos, Él también preservará a los salvos para la vida eterna para la Gloria de Su Nombre. Así siguiendo la depravación total, y elección incondicional, y expiación limitada, y un llamamiento eficaz, tenemos la perseverancia de los santos. (Fil. 1:6) estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; “El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” La palabra de Dios está repleta con referencias a esta bendita verdad.  (Jn. 6:39) Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. (Jn. 10:28) y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. (Rom. 5:10) Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. (Rom.8:1) Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Este es el distintivo del creyente, que pertenece a Cristo; que está perseverando en las cosas de Cristo; “que está dando toda diligencia para hacer su llamado y elección segura. El creyente en Cristo puede caer en tentación, pero el Señor no lo dejará ser tentado más de lo que pueda resistir, sino que con la tentación dará también la salida; para que el creyente vaya adelante, y siga adelante otra vez en las cosas pertenecientes a su salvación para la gloria de Cristo. Esos versos incomparables de (Rom. 8:28-39) enseñan la lógica Divina en la salvación eterna de Dios. Al igual que el hijo pródigo, por mucho que avergonzó a su padre pidiéndole su parte de la herencia (no estando muerto el padre), por mucho que haya gastado su dinero en el pecado y no importando lo bajo que llegó a estar, con todo, nunca dejó de ser hijo de su padre. La lógica es que la salvación que empieza en la mente y propósito de Dios debe terminar en el cumplimiento de Su infrustrable propósito de que esos “a quienes antes conoció” están eternamente unidos con su Salvador. Iglesias protestantes calvinistas.

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